La Pensadora Gaditana: Pensamiento XVII
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Niveau 1
Pensamiento XVII
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Niveau 3
Metatextualité
Ya, señor Público, que miro
las cosas con mas reflexion, y que me desvelo en
adquirir noticias de todo lo que pasa, que son los
materiales mas proprios de mis discursos, voy juntamente
desengañandome de muchos errores, que ofuscaban mi
fantasìa. Vea Vmd. como yo tambien tengo, no obstante mi
genio pensador, mis preocupaciones, y admito entre mis
ideas muchos abusos: no lo dudo, y lo confieso con
ingenuidad. Yo me he quejado altamente de la falta de
sociedad en los hombres, y por lo que me dicen, en nigun
tiempo se ha visto lo racional mas tratable, no los amistosos efectos de la urbanidad tan
comunes, de manera, que todo respira en las gentes
dulzura, alegria, y discrecion: y asi, quanto mis
Pensamientos funestos han ponderado de engaños,
adulaciones, y rencorosos tratos, tanto mas distinto se
mira à cada instante, y en todas partes, segun algunas
opiniones; con que de esta forma yá mis discursos se
pueden recoger, y mi credito, abandonado de todos, puede
ser el objeto de las burlas, y el blanco de los
desprecios. ¡Pobre de mì, y en qué mala ocasion
principié mi obra! pues ha sido quando todos caminan
laudablemente à el acierto, y los hombres en nada mas
piensan, que en llenar el vasto espacio de sus
obligaciones. A Dios, pensamientos: à Dios, discursos, y
à Dios, pluma mia, que arrimandote como
inútil en un tiempo tan felìz, solo te queda lugar para
las alabanzas, yá que no tienen cabida las
reprehensiones; pero tú, que naturalmente te inclinas à
el estilo de magistratura, y que solo quando aconsejas
te diviertes, ¿qué has de hacer faltandote asumpto, y
motivos para tu critica? Tú no puedes estár ociosa, ni
menos te inclinas à lisonjas: con que de esta manera es
preciso que nos alentemos, y no desmayemos en lo
principiado, que tal vez nuestro genio cabiloso divisará
algun pelillo sobre que fundar alguna útil correccion: y
no temer lo que me dicen en una Carta, de que en un
tiempo tan culto, y en el que se miran hombres, y
mugeres tan observantes da la sociedad mas discreta, mas decente, y mas politica, y que no
pegan, porque no hallan con quien pegar. Veamos, pues,
que es esta sociedad, que tanto me alaban, y probemos si
en esta misma se encuentran algunos pelillos, ò maromas
de que asirse nuestra crìtica.
Niveau 4
Récit général
Es la sociedad bien
entendida un arte racional, y juicioso, con que
los hombres comunicandose recìprocamente,
dirigidos de la verdad, se socorren en sus
necesidades, se interesan en sus contentos, se
comunican especies útiles, y discretas, y emplean
el tiempo de tal modo, que nunca les queda
escrùpulo de haberle perdido. La sociedad
simulada, ò mal entendida, es una inlinacion
vergonzosa, con que todos, siguiendo el engaño, y
falsedad, se destruyen entre sí (quando parece, que mas se favorecen) con el mal
exemplo, con la adulacion, y con las
conversaciones inútiles, y perjudiciales,
desperdiciando à porfia la preciosidad de los
años. ¿Y qual de estas dos sociedades, Lectores
mios, será la que Vms. practìcan? Tal vez tendrán
muchos la sencillez de responder, que la primera;
y yo (yá se vé que será malicia mia) afirmo, y
creo, que la segunda, la sociedad mal entendida, ò
por decirlo mejor, lo intratable, lo inhonesto, y
lo reprehensible, disfrazado con este especioso
nombre de sociedad; porque no entienden, ò no
quieren entender en qué consiste esta hermosa
prerrogativa de la razon. ¿Será efecto de sociedad
verdadera el empeño con que los mas procuran sus intereses, y aumentos con daños del
vecino, de el amigo, y muchas veces del hermano?
Será acaso el ansia con que se precipitan todos en
seguimiento de la ambicion, sobervia, y vanidad,
sin que el humilde por humilde, ni el noble por
noble dejen de engreirse, y hacerse distinguir aun
en las cosas mas naturales de los mismos de su
especie, y muchas veces teniendo à deshonor el que
les hablen aquellos à quienes la casualidad hizo
menores, siendo esto lo que de continuo sucede?
Bìen sé que no.
¡Qué bella sociedad de Cavallero, y qué
utiles serán sus conversaciones à la Patria, à los
Amigos, y à sus intereses! ¡Y esto es lo que se
llama sociable! ¡estos hombres se aprecian con
distincion, y se anteponen sus
conversaciones à las de otros sensatos, y bien
intencionados, que no abren la boca sino es para
la instruccion, el chiste discreto, sin perjuicio
ageno, y lo ùtil de las noticias bien traídas! ¿Si
será esta sociedad la que se debe estimar? Me
parece que no. ¿Entrarán en la linea de los
sociables aquellos que gastan todo su tiempo en el
juego, donde consumen sus caudales, y son el
origen de la perdicion de muchos? No es esto lo
peor: ¿serán de este nùmero tantos como se
entregan à este odioso entretenimiento, valiendose
de viles extratagemas para usurpar à los incantos,
sobre seguro, el dinero, la paciencia, y sus
adelantamientos? Pues esto se está viendo à cada
paso, y viven estos mismos con fausto, gastan, y triunfan, sin que nadie les censure
tan indigno modo de vivir: supongo que lo honestan
con mil pretextos. ¿Pero los escarmentados de sus
engaños, no son unos ignorantes en no huir de
semejantes peligros? ¿Será sociedad laudable el
ridículo modo de todas las conversaciones, y
aquellas expresiones dictadas por la adulacion,
falsedad, y el engaño, quando los que mas se
precian de corteses, y bien criados, se ofrecen
con mil demostarciones de sumision, y rendimiento
à los que tratan, siendo asi que en su interior
los estàn aborreciendo? Vmd. me tiene para
servirle (se dicen regularmente) Espero con
impaciencia, que Vmd. me honre con sus preceptos.
Mi voluntad está violenta mientras
Vmd. no la exercita en su obsequio. Mi mayor honor
consiste en que Vmd. me mande. Yá sabe Vmd. que
tiene en mì un criado; y otros fingimientos, que
se aprenden en el vocabulario de la falsedad, y se
usan como efectos de una buena crianza.
Ciertamente, señora Pensadora, que està Vmd.
terrible, (replicaràn) ¿pues los laudables estilos
de la cortesìa, y politica se han de abandonar por
el leve escrùpulo de una impertinencia? Es verdad,
que algunas veces sucederá lo que Vmd. dice: ¿pero
por este pequeño inconveniente se ha de culpar à
todos? ¿No vè Vmd. que es mucho apretar con tanta
delicadeza? No es mucho apretar, señores mios, la
verdad siempre es digna de los
altares, y la mentira acreedora à el mayor
desprecio, y en ningun tiempo es licito usar de
sus dañosas artes. El que de corazon ama à un
amigo, y se le ofrece de veras, no pone su cuidado
en la explicacion de las palabras, ni en lo
significativo de las clausulas, su mayor empeño es
hacerse vér por las obras: porque la verdad (como
yá tengo dicho en otra parte) desnuda, y sin mas
adorno, que su natural hermosura, agrada, deleyta,
y obliga: todas estas galanterìas obsequiosas, que
se demuestran abrillantadas con mil frases,
peynadas à la moda, son hijas de la mentira,
porque esta siempre anda buscando apariencias
lisonjeras para hacer sus conquistas; y asi, como
el interior le tiene desocupado de
quanto dice, pone todo su cuidado en los afectos
cómicos, que manifiesta. ¿Y estas expresiones, y
estos ofrecimientos serán utiles à la sociedad? De
nada estan mas lejos. Tantos ignorantes jóvenes,
que se arrojan à casarse antes de tiempo, y quando
ván principiando à formar su fortuna, ¿qué otra
cosa consiguen, que destruirse, y aniquilarse en
un punto, y de unos hombres, que en poco tiempo
hubieran sido ùtiles à la Patria, à su familia, y
á sus proprios intereses, se convierten en
Zanganos inùtiles, que solo sierven de alimentarse
del trabajo ageno, y rara vez vuelven à proseguir
su fortuna, porque oprimidos de el cuidado diario
à que se han expuesto, no pueden pensar con libertad en cosas grandes? y asi ellos,
como aquellas, que discurriendo engañarles, se
causaron el mayor daño, quedan fuera de toda
sociedad, y se imposibilitan de poder servir à sus
Amigos, y à la Republica. ¿Si se lleva la
consideracion à los Cafés, y se atiende con un
poco de reflexion à las conversaciones de lo mas
granado del Pueblo, qué oirémos, que sea digno de
atencion? Presto lo verémos.
Y es verdad, que solas estas materias
entienden tantos lindos como llenan essas calles,
que todo su cuidado ponen en las cosas mas
inùtiles de la vida, y huyen de todo lo que puede
ser de interés à el bien particular, y público. ¿Y
estas conversaciones, y otras, que no son dignas de estamparse, son guiadas por el
verdadero espiritu de sociedad? ¿Habrà algun
Crìtico que defienda, que es esto ser sociable,
idea ùnica, que debe ser el objeto de lo
radcional, discursivo, y prudente? Estoy
persuadida à que no. ¿No es una lástima el vér la
juventud de uno, y otro sexo criada con tanta
libertad, de cuyos antecedentes se siguen los
funestos exemplares, las desgracias lastimosas, y
los mejores entendimientos perdidos? ¿Concurriràn
los Padres de familias, que crian asi à sus hijos,
à fomentar una sociedad honrada, amable, y
juiciosa para dulce esperanza del estado? No,
señores mios, antes por el contrario, dan ser à
las trayciones, alientan las perfidias, antorizan
las deslealtades, y finalmente crian
sieras, que tanto mas crueles, quanto se disfrazan
con lo racional, todo lo arruinan, y devóran,
convirtiendo las casas, las calles, y aun los
Templos, no en sitios agradables, en los que el
hombre sociable se deleyte, è instruya, sino en
cavernas temerosas, donde cada uno mira en un
eminente riesgo su hacienda, su honra, y su vida.
¡O sociedad, quantos son los que te aparentan para
mas destruirte! No me arguyan los escrupulosos,
con que yo pretendo desterrar del Mundo las
diversiones, las habilidades decentes, y las
expresiones urbanas: en nada menos pienso; antes,
por el contrario, quisiera vér todas estas cosas
aumentadas, y puestas en un orden tan regular, que
conspirase à formar hombres capaces
de sacar de las burlas los exemplares para las
veras: no es mi genio tan rìgido, que prete da
abstraer à el hombre de sì mismo, sujetandole à
vivir en una regularidad inalterable, negado à dár
à las fatigas del ánimo el alivio correspondiente,
para que tomando en el descanso nuevo vigor,
vuelva à las ocupaciones laboriosas con mas
esfuerzo: no pretendo esto, que no soy tan
insensible à la razon; quisiera sí, que el primer
objeto de los racionales no fuesen las músicas,
los bayles, las conversaciones inútiles, y la
ociosidad arriesgada; y que à todas estas cosas
las diesen acogida en sus animos, no como que han
nacido para exercitarlas toda su vida, sino es
como que ellas mismas son inventadas, y destinadas para servir à el hombre en
sociedad, que esto no es otra cosa, que hacer de
ellas medio para ser mas amistosos, menos
lisonjeros; mas bien ocupados, menos perjudiciales
à sì mismos, y à la Patria; y que en ellas mismas
se exerciten prudentes, para no dejarse arrastrar
apasionados. Una dama, à quien sus padres procuran
criar con esplendor, parece bien que esté adornada
de todas las habilidades proprias de su
nacimiento, y que tenga otras gracias adquiridas,
que la dén estimacion, y honor; ¿pero cómo ha de
ser esto? ¿Cómo ha de ser? Sabiendo esta primero
todo lo que toca, y es de obligacion, que no
ignore una muger dentro de su casa, ò para que lo
sepa mandar, ò para que los pueda executar, si
acaso se vé en la precision de
valerse de su misma industria, despues todo lo que
pertenece à la diversion ha de posseer, no para
hacer alarde de ello, como que pretende
particularizarse por aquellas habilidades, lo que
conseguirá no procurando con ansia las ocasiones
del lucimiento, sino es dejando que estas mismas
la busquen, y de esta manera parecerá à todos una
Madamita de estimacion bien educada; y de la otra
se equivocará con las mugeres de los Theatros, que
como pende su vivir de exercitar aquellas gracias
de que se vén adornadas, procuran con desvelo las
ocasiones, para que de ellas se les aumenten las
ganancias, que es su ultimo fin. De la misma
suerte no pretendo que los jovenes ignoren todo lo
que es hijo de una buena crianza; pero quisiera que las apetecieran con menos
empeño, empleando todo el tiempo que malgastan en
esto, en ilustrar sus entendimientos con ciencias
útiles, nobles artes, y en aprender Idiomas
Estrangeros, y noticiarse de la Historia con
reflexion, y maduréz, que de esta forma, en una
compañia donde se oyese à un joven discurrir con
acierto, è ilustrar con sus discursos à todos los
circunstantes, si despues la ocacion lo pidiese,
conseguirìa mayores lucimientos, si se le viese
baylar con destreza, cantar con primor,
&c. pues daba à entender, que aquellas
prendas adquiridas eran hijas de sus estudios y
buena educacion, y no de su ociosidad, siendo de
esta manera el exemplar mas idéntico de un
perfecto, y culto racional, puesto en sociedad
verdadera. De todo lo dicho se
infiere, que para que un hombre sea sociable, no
debe ser de aquellos que con un genio insipido, y
desagradable, murmuran, y molejan de todo quanto
no se conforma con su irregular modo de pensar:
estos aborrecen las diversiones, porque no son
para ellas de provecho; huyen de las amistades,
por no verse obligados, y viviendo desconfiados
aun de sì mismos, llenan el espacio de sus dias
inútilmente de fuerte, que estos mejor nacieron
para vivir entre las breñas, donde todo es
rusticidad, que en poblaciones civilizadas, donde
cada uno tiene obligacion de concurrir con sus
talentos para ilustrarlas; y no me arguyan con que
estos viven de esta manera, por huir de las
ocasiones perniciosas, que ofrece el trato de las gentes, porque no es asi: estos, que
aquì pinto, son aquellos cuya vista preocupada con
los antojos de sus aprehensiones, y funestas
ideas, todo quanto vén les parece delinqüente, y
nada les agrada, y de todo murmuran dentro de su
pecho; y asi, ¿qué importa que no lo publiquen, si
en su interior ocultan una sobervia luciferina,
con que à todos desprecian? Esta es la sociedad
bien entendida, ser ùtiles à el amigo en los
favores, en los consejos en las instrucciones, en
la diversion, en los decentes chistes, en el trato
agradable, y en todo aquello, que licitamente
puede conspirar à su contento: para esto es
necessario ser instruìdo, bien criado, discreto en
su trato, comedido en las disputas, desapasionado
de su parecer, y huir con empeño de
entregarse indignamente à lo despreciable, è
inùtil, no haciendo unico objeto de su cuidado los
bayles, las conversaciones, que nada aprovechan, y
las diversiones continuadas. Serán tambien
interessantes à la sociedad todos aquellos, que
procuren no desperdiciar el tiempo, empleandole no
solo en sus beneficios particualares, sino es
tambien procurando concurrir con sus discursos, è
industrias à el, bien comun de todos: esta
laudable idéa dió vida en la fama à los Solises,
los Tofcas, los Feyjoes, los Flores, y otros
muchos, que anhelando con todas veras por servir à
la sociedad, gastaron, y aun gastan su tiempo
preciosamente en ocupaciones dignas de un
racional, y à estas solo debe dirigir su cuidado el que procuráre ser contado entre
los que componen la sociedad bien entendida.
Niveau 5
Exemple
“Crea Vmd. (dice
uno) que Silvio es un Cavallero muy sociable,
canta, bayla lindamente, y es muy gracioso; donde
él se halla nadie puede estár triste, porque sus
dichos, aunque un poco picantes, son
en extremo divetidos: con qué gracia hace una
sátyra: el otro dia en casa de Madama Nise tomó
por su cuenta el ridiculizar à Dorindo, y lo hizo
con tantas sales, que no nos podiamos tener de
risa: allí sacó el cuento de su hermana, y el
cortejo de su muger, y todo con tan vivos colores,
que parece que lo estabamos viendo: ¡Valgame Dios,
qué cosas se le ofrecieron! es lindo hombre, y yo
siempre procuro concurrir con èl.”
Niveau 5
Exemple
Entran dos Amigos,
y se sientan junto à una mesa, y apenas han
llegado, quando se les acercan otros tres, ò
quatro, toman su bebida, que segun los efectos que
se advierten, parece que su virtud se estiende
solo à hacer hablar disparates, y principiando su
sociedad, la ocupan en estas preciosidades: “!Que
me ha enfadado (dice uno) hoy el
Peluquero! se empeñó el majadero en asegurar, que
mi pelo le costaba mucho trabajo el rizarle,
porque es hembra, quando Mons. N. que es el ùnico
que ha venido de Parìs, me ha dicho, que es de la
mejor calidad, y el mas obediente à el fuego, y
tanto porfiò en esta simpleza, que le mandé à
pasear, y no quise acabarme de peynar, por cuya
causa no me he vestido, y he salido con Cabriolé.
Vmd. se parece à mì en el genio, (añade otro)
porque no puedo sufrir, que esta gente hablen lo
que no saben: yo tambien he mudado Zapatero por
otro semejate (sic.) disparate: le hice el encargo
de que todos los zapatos me los hiciera con el
corte muy bajo, aquí en este parage
(y señala el lugar junto à los dedos) y el
ignorante me los trae con la hevilla alta mas de
quatro, ò cinco lineas de donde le señalé, de
suerte que parecian hechos para un Aguador: hicele
cargo del yerro, y tambien queria porfiar, y le
sucedió lo que à el Peluquero: ciertamente es
menester una paciencia de un Santo para sufrir à
estos necios. Por vida de : : : : : (dice otro,
registrando como un loco todas sus faltriqueras)
que me he dejado el Tabaco en casa. ¿Pues no ha
sacado Vmd. (le preguntan) tres, ò quatro cajas?
¿Quanto Tabaco necesita para tomar un polvo? Estas
que aquì están (responde) son del que no me
agrada, porque como siempre traygo lo
menos seis cajas de todos generos, y olores, para
quando me halle en un Estrado poder servir à las
Damas con el que fuere de su gusto, hoy
propriamente se me han olvidado de las que yo
tomo. ¿Creerán Vmds. (añade uno de ellos) que ayer
me cargó quarenta tazas de Café el tonto de
Anselmo, sin que me saliesse una fuerte de dado en
mi favor? Pero hoy no he de irme hasta que venga,
por probar si puedo desquitarme. Cavalleros, hoy
he estado hablando (dice el ultimo) con un
Comerciante que ha llegado de Londres, y me ha
asegurado, que lo que nos dijo la Gaceta del
descubrimiento del punto de longitud, que era
verdad; y certamente que de esta manera conseguirá el Comercio los mayores
alimentos, porque : : : : : Calle Vmd. hombre (le
replícan) dejenos de frioleras, ¿qué tenemos
nosotros con el punto de longitud ni el de
latitud? para venir à el Café, ir à la Comedia, y
Alameda, no necesitamos nosotros de Aguja de
Marear, que bien sabemos el camino ¿y asi qué nos
importa? hablemos de nuestras cosas, que por fin
son de materia, que entendemos.”
Citation/Devise
¿Quid hominem
juvant octoginta anni per inertiam
exacti?
Sapienter, ac fortiter factis metiamur cujusque vitam, non tempore.
si por mas que los vivas, y los cuentes,
ni merecen contarse, ni son vida? Entre ócios la razon envejecida, los estìmulos nobles yà no sientes:
¿què importa sensitivo los alientes,
si à lo sociable tu ignorancia olvida? Mira, que del vivir en la carrera lugar, ni espacio ocupan los engaños,
que sigue tu ignorancia placentera. Si eres sociable, sin traycion, ni engaños, aunque venga la Muerte siempre fiera,
tus obras supliràn la falta de años.
Sapienter, ac fortiter factis metiamur cujusque vitam, non tempore.
Senec. Epist. 70. 97.
SONETO ¿Qué importa, Fabio, que en edad crecida el número à tus años tanto aumentes,si por mas que los vivas, y los cuentes,
ni merecen contarse, ni son vida? Entre ócios la razon envejecida, los estìmulos nobles yà no sientes:
¿què importa sensitivo los alientes,
si à lo sociable tu ignorancia olvida? Mira, que del vivir en la carrera lugar, ni espacio ocupan los engaños,
que sigue tu ignorancia placentera. Si eres sociable, sin traycion, ni engaños, aunque venga la Muerte siempre fiera,
tus obras supliràn la falta de años.