la Respuesta á la Carta del Turco, que tradujo y dió al Público el Pensador: por Don Sebastian Lopez de Sandobál, Presbitero de la Villa de Alcabón. Este bello rasgo de erudicion y elocuencia acabó entre nuestros Críticos de ratificar la antigua idéa, que siempre formaron de la felicidad del Pensador; pero por mas que mordiese la censura, lo que no tiene duda es, que le concluía nerviosamente, y desbarataba y reducia á blasfemo é impío el contexto de su referida Carta, á lo menos asi se lo presumia el Señor Sandobál; pues desde el frontis
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canonizó á su Obra por muy util para todos los que hubiesen leído el Pensamiento 45. pues descubre las astucias perversas de los enemigos de nuestra verdadera Religion, y los errores y falacias que incluye la Carta Turca, é instruye á los Fieles Catholicos en sus infalibles verdades.
Sin embargo de la gravedad é importancia de la materia de estos anuncios, tubieron algunos la osadía de calificar por lo pedantesco de los titulos la calidad de la Obra; y mucho mas comprobandolo con el tono despreciativo, impersonal y dominante que se usaba en ella, por mas que su Autor comience con la salva de: Usando de la mayor modestia y caridad christiana con el Pensador; porque esta no dicta, que se trate á nadie con grosería y menosprecio. Pero ¿quien no vé, que todos estos cargos están rebosando malicia y mala inteligencia? pues es claro, que el Señor Sandobál no tubo por repuguante á la dicha caridad el añadir immediatamente, que
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por los Escritos se descubren como en un espejo los interiores del ánimo: son como la muestra del relox, que manifiestan los ocultos movimientos; y siendo la Carta del Turco efecto impío, blasfemo, heretico y pernicioso, es un espejo claro, es una muestra fija de que . . . . . pero no quiero sacar tan sonrojosa consecuencia contra el Pensador,
y hizo muy bien el Señor Don Sebastian, por no caer en algun juicio temerario, ó lo que es mas, por no faltar á la caridad christiana, que usaba con él.
La prueba del fervoroso zelo con que emprendió esta vigorosa Apología, siguiendo en todo las huellas del Señor Cura de Canales, fue el dár una Respuesta, sin haberle el Pensador, ni otro alguno consultado, ni hechole la menor pregunta, ni menos haberle dado la Nacion, ni el Tribunal á quien compete el juzgar en materias de fé, los poderes para calificar á nadie por herege, ni el condenar á ningun Escrito por heretico, blasfemo, impío, inductivo de errores, escandaloso, falsario y pernicioso; pero esto no importa para el caso, quando logró el provechosisimo fin de sacudir al Pensador, y en su cabeza á todos los Críticos, que sin autoridad, caracter, ni comision bastante para ello se introducen á censurar ciertas prácticas ó abusos, como los llaman ellos, que advierten en varios puntos tocantes á algunos egercicios de devocion, y á la observancia de nuestra ley; porque aunque es cierto, que concedian en el citado Pensamiento 45. no pocas nulidades, y condenaban desde luego el medio de que se valió para entablar y probar el asunto que contenia, por improporcionado y peligroso, para ventilar en público una materia tan delicada, porque hay asuntos que no se pueden tocar sin la cautela y reflexion que requieren, por muchos motivos, y principalmente porque no se escandalicen los ignorantes, y se conjuren los que saben poco: y por ultimo encontraban algunas expresiones demasiado arrojadas y sujetas á siniestra interpretacion y mala inteligencia, como asimismo reputados por poco decentes y tal vez ridiculos ciertos titulos de algunas Imagenes y atributos de Santos, que en realidad no lo eran, sino por el contrario muy propios y adecuados, y otras inadvertencias y expresiones, que acreditaban la mucha precipitacion y no menos rigidéz con que se escrivió aquel Discurso: sin embargo de esto aseguraban, que el Pensador se habia quedado muy corto, respecto á lo mucho que habia que decir (si todo fuera decible) en la materia.
Verdad es, que estos Señores mios, aunque Críticos, se precian de muy Catholicos, y no hacen mucho caso de que los condenen ó califiquen los Curas de Canales y los Presbiteros de Alcabón: contando por una de las mayores pruebas el censurar las dichas prácticas, abusos ó indecencias, que les parece á ellos repugnan en su respectivo modo á la pureza y seriedad de nuestra Religion, como las repentinas transformaciones de los Zaguanes en Ermitas, exponiendo á la irreverencia las Imagenes que alli se colocan; pues hay algunas en que se vén casi unidos el Altar y el basurero de la casa. Igualmente repugna la indevocion que se nota en los Rosarios nocturnos, pues á reserva de uno ú otro que se encuentra edificativo, mas que hombres congregados á cantar las alabanzas de Dios, y las excelencias de Maria, parece una tropa de vagamundos destacada á gritar por las calles; porque unos llevan un tono estravagante, ridículo y fandanguesco; otros cantan el Ave Maria á lo majo, esto es, comiendose la mitad de las palabras, y en todos, por lo comun, vá el coro desconcertado, y el numero, aunque siempre corto, confuso, precipitado y descompuesto, corriendo de esta suerte la mitad del Lugar sin edificar á nadie, y solo con el fin de recoger bastante limosna. Sin embargo ¿se pensará que en ellos solo se canta y se trabaja de varato y por amor de Dios, ó devocion á la Santisima Virgen? Ojala fuera asi; pero lo cierto es que se pagan y asalarean al que canta, á los que llevan las insignias y Faroles, y al que toca el Bajón ó la Chirimia, y para los demás Cofrades suele haber alguna pena pecuniaria, que los estimúla. Si no huviera esto, se estubieran por lo comun los Rosarios encerrados en sus Iglesias ó Ermitas, atenidos á los que por mera piedad quisiesen cultivar esta santa devocion.
Repugna asimismo el ver los caudales adquiridos por las Congregaciones, Hermandades ó Cofradías, (y acaso con industria ó importunacion) que solo deberian invertirse en los piadosos fines para que pretextaron y se percivieron, distribuidos no pocas veces en refrescos y convites, y lo mas suave en vanos aparatos, costosos adornos y músicas profanas, fuegos, tambores, clarines y luminarias, con otras superfluidades, que en nada convienen al recto y legitimo culto de la Deidad, ni al obsequio de los Santos á quienes festejan, antes por el contrario, solo conducen á juntar gentes ociosas y valdías, á ocasionar horribles irreverencias en los Templos, y á destruirse para siempre un par de Artistas útiles á la República, con el pretexto de que son Mayordomos ó Cofrades.
Repugnan en cierta manera varios titulos ó advocaciones puestas á diferentes Imagenes de Jesu Christo y Maria Santisima, no todos los que señaló el Pensador, ni los que generalmente nos quiso suponer el Señor Sandobál, metiéndonos por fuerza la heregía en el cuerpo, sino aquellos en que se encuentra algo ó mucho de indecencia ó ridiculéz, respecto á la dignidad de la Madre de Dios. Hay titulos propios de los altisimos Misterios de su vida, como de la Concepcion, la Natividad, la Anunciacion, la Purificacion, la Expectacion, el Tránsito, la Soledad: otros respectivos á su dignidad y grandeza, como de los Angeles, de Gracia, de los Santos, de las Virtudes: otros correspondientes á sus excelencias y atributos, como de la Aurora, de la Luz, del Rosario, de la Caridad, de la Pureza: otros relativos á su patrocinio é intercesion, como del Consuelo, de la Piedad, de los Remedios, del Socorro, de la Merced, de los Afligidos, de la Esperanza: otros pertenecientes al sitio en que ha tenido un particular y antiguo culto, como de Cobadonga, de Mont-Serrat, de Guadalupe, de Atocha, de Loreto, de Balvanera, del Sagrario: otros tomados del mismo nombre del lugar ó especie de su milagrosa aparicion, como del Pilar, del Prado, de la Salceda, del Carrascal, de Montes-Claros, de la Encina: otros alusivos á alguna especial circunstancia de su invencion, ó en que obró la Omnipotencia algun singular prodigio, como de la Almudena, de Sonsoles, del Milagro, de Sopetrán: otros aplicados del nombre del Pueblo en que tubo su primer culto, y adoracion aquella Imagen, como de Madrid, de Valverde, de Copacabana, de Burgos &c. otros finalmente sacados de aquel favor ó prodigio en que resplandeció su poderoso patrocinio para ciertos y determinados peligros, ó necesidades, como del Buen Consejo, del Buen Suceso, del Buen Aviso, del Buen Viage, del Buen Camino, del Buen Parto &c. Pero enmedio de la propiedad, alusion y decencia de todos estos titulos y advocaciones, (continúa la voz de nuestros Críticos) se encuentran otros que, sí bien pueden tener un origen y alusion muy decente y muy semejante á los que acabamos de citar y á todos los de quantos inumerables Simulacros de Maria destinó la divina Providencia á estos Reynos para saciar la devocion de sus naturales, todavia incluyen algo de impropio, como los de la Corrèa, la Bien-Aparecida, del Olvido, de las Caritas y otros á este tenor; y mucho de ridículo é indecente los inventados, diminutivos y sobrepuestos por los pedidores de Rosarios y Platilleros de Congregaciones, como la Serranita, la Hortelanita, la Viudita de Jesus, la Soledad de San Pedro, la Madre de la Cabeza &c. para llamativos de la devocion indiscreta, y de la limosna efectiva.
Sin embargo de todo lo dicho no pretenden, ni es su intencion, que por ellos se menoscabe en todo, ni en parte el crédito que tienen aquellos titulos en el Público; (á excepcion de los ultimos que acabamos de señalar) porque adoran las disposiciones de la Soberana Providencia, que dispuso y permite, que baxo de ellos tengan culto y veneracion las Imagenes de Jesus y de Maria, y conocen que pudieron haber sido medios de que aquella misma se valió, aunque á nuestra vista impropios, muy oportunos para despertar ó aumentar mas y mas la devocion de los Fieles, acomodandose, en cierto modo, á la materialidad y grosería de sus juicios. En esta virtud, y lejos de adherirse á las proposiciones del Autor del Diario Estrangero, donde entre otras afirmaba, que se experimenta mucha frialdad en la Fé en estos Reynos, solo es su ánimo demostrar, tomando las palabras, con que concluía difinitivamente á dicho Autor el de la Aduana Crítica sobre el mismo punto, que los Españoles creen quanto deben, y aun suelen creer mas de lo preciso por no faltar á su Catholica obediencia; y ultimamente sujetan no solo sus dichos, sino sus mas profundos sentimientos á las decisiones de la Santa Madre Iglesia, de quien se tienen por fieles hijos.
Todo este monton de cosas, que acreditan la opinion de nuestros Críticos; sí bien amparada de las condiciones, distinciones y protestas referidas, hace muy poco á nuestro propósito, y no les libertaría acaso de quedar comprendidos en el concepto, que del Pensador hizo el Señor Sandobál y todos los que tubiesen sus mismos sentimientos, esto es, de que era declarado Calvinista, Luterano, Wiclefista, y su Carta llena de ponzoña rebozada, y sus proposiciones, astucias de zorra infame: dictados muy propios y bien merecidos de uno á quien se tiene por perverso Sectario, y mucho mas añadiendole las de loco, diablo predicador, rollona y nudriza, zurzidor de viejo, y trapero de los Doctos, con otras expresiones de este jaez, con que afianzaba la solidéz de sus argumentos, y probaban la modestia y caridad christiana, que usaba con el Pensador. En confirmacion de lo qual no puedo omitir una especial noticia, que se encontraba á la pag. 12. donde dice asi: En la Batalla que ganò Castrioto, llamado Staremberg: noticia, que aunque yo sé muy bien que haría arquear las cejas, y aun dár carcajadas á nuestros Críticos, la tengo por nueva, exquisita y muy apreciable; pues si bien se quisiese conceder en ella alguna corta deformidad, sería á lo mas un defecto de lengua ó cuestion de nombre, por la gran semejanza que tienen entre sí los de Staremberg y Scandarbek: cosa tan facil de acontecer y trabucar, que en particular en este genero de Escritos lo estamos viendo todos los dias. No hace muchos tiempos, que se presentó en Tribunal competente un Memorial, en que el Pretendiente decia asi: Por quanto estoy aprobado ad Curam Animalium &c. esta equivocacion, aunque de otra entidad, era de igual naturaleza, por la correspondencia y semejanza de las voces animalium à animarum, y Staremberg à Scandarbek; por cuya regla y fundado en esta exquisita noticia, espero yo que algun Historiador, sabiendo que el Conde de Staremberg fue General del Imperio en España, nos venga por aí diciendo, que el que mandó las Tropas del Archiduque el año de diez fue el valeroso Jorge Castrioto.
Otro invento de no menos recomendacion, aunque de mayor importancia, se hallaba á la pag. 22. donde se afirmaba resueltamente, que el Concilio Gangrense se celebró en el segundo siglo, esto es, en el año 136. pues no obstante que los inteligentes en estas materias lo tubiesen por un error de mas de marca, porque saben que aquel Concilio se celebró en el siglo quarto, sí bien se ignora el año fijo, ¿qué sabemos los gravisimos fundamentos, que el Señor Sandobál pudo tener para asegurarlo, ó el Codigo, ó monumento de donde lo dedujo? Yo estoy persuadido á que fue por alguna de aquellas monedas y medallas antiguas, que duran oy dia en los Maragatos. Ultimamente la buena Crítica no debe embarazarse en pequeñas faltas, ó equivocacioncillas de dos ó tres siglos mas ó menos en materia de Concilios, quando la cita es cierta y la obra está llena no solo de bondad, sino de perfeccion en su linea.
Zitat/Motto
Verùm ubi plura nitent . . . . . non ego paucis
offendar maculis, quas aut incuria fudit,
aut humana parùm cavit natura.
Pero todo cese para aquella hermosa y discreta Exortacion al Pensador, con que concluye nuestro Autor su Respuesta. Digo que todo cese, porque en ella parece que apuró el caudal de su erudicion y caridad christiana. Bien claro se demuestra en el politico y exortativo modo con que la entabla: Pensador, quien bien te quiere te hará llorar, quien mal te quiere te hará reir: condiciones en que afirmaban algunos, que el Señor Sandobál no le queria muy bien, y mucho mas atendiendo á los once cuentos, que le ensartaba, para prueba final de cada uno de los puntos de la dicha Exortacion, tan graciosa y oportunamente acinados unos encima de otros, que no habia mas que pedir. Entre todos ellos se hacia muy recomendable el de la pintura del Gato y la Mona, tanto por el donayre con que estaba expuesto, quanto por la inocente moralidad á que lo contrahía. No lo referiré todo, por no estragar con tanta sal el gusto de mis lectores: pondré lo mas notable, que es la sentencia, y el golpe de la conclusion, para que por él se haga el juicio de los demás.
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Dice asi: El Gato está pintado con tan malos bigotes, y con dientes y boca tan arregañados, como está miando con furia, que ya se vé cómo estará. Pensador, Pensador, mire que esas cartas laudatorias, esas lisonjas vanas, mire que son astutas monas, que meten la mano en las ascuas pora sacar castañas.
¿Se puede imaginar cosa mas graciosa? ¿Puede darse metáfora mas justa, ni mas delicada, ni prueba mas nerviosa y mas convincente? Yo de mí sé decir, que aunque no tengo mucho del risueño y alegrador, estuve para destrozarme de risa al leer unos cuentos tan sazonados, y me hacian acordar aquel famoso, que nos anuncia Baltasár de Alcazar:
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Revelóme ayer Luisa
un cuento para reir,
quierotelo Inès decir,
porque te caygas de risa:
Has de saber que tu Tia : : : : :
no puedo de risa, Inés,
quiero reirme, y despues
lo diré, quando no ria.
De camino no dejaré de recomendar á nuestros Etimologistas la propiedad y pureza del verbo miar, que usa el Señor Don Sebastian, y viene de miz, llamativo de los Gatos que tienen malos bigotes, y boca y dientes muy arregañados, ó de miau su voz, y principio del nombre de la sin par Miaulina, hija del Duque Alfeñiquen de Algarbe: verbo sin duda mas culto, y mas propio que el mayar, derivado de Mayo, mes que no tiene la menor conexion, ni influxo con los Gatos; y en fin, verbo que se halla autorizado por el famoso Thomé de Burguillos, voto de la mayor excepcion en la materia, quien dice, pintando las cóleras de Marramaquiz,
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Y de un rebés, que sacudió á Garrullo,
le hizo dar el ultimo maullo.
Finalmente concluía el Señor Sandobál con una prueba final de su mucha caridad christiana, pues
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suplicaba al Pensador admitiese con buen semblante aquella amigable exortacion, que nacia del buen deseo que tenia de que emplease bien sus talentos, sin perjuicio del comun, y mucho menos en materias de Religion.
¿A quien no moveria lo amable, tierno y caritativo de estas expresiones? Pues ni por esas decayó un punto del concepto, que nuestros Críticos sanguinosos y desapiadados tenian ya una vez formado, justificandole con la penultima de las consejas ó fabulillas de nuestro Autor, que dice asi:
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Poniase á la puerta de su casa una Tia de una Aldéa (que tambien las Aldéas tienen tia) á mormurar contra los Vecinos: dirigió su mormuracion contra uno del Lugar, diciendo, que era hombre ocioso, amancebado, borracho, indevoto, distraído, infamador y otras cosas; y acabadas estas calumnias tan injuriosas, haciendo de mística y caritativa, decia: Vecina, no faltemos á la caridad, seamos christianas, digamos lo bueno como lo malo, que este hombre vá mucho á la Iglesia, y comulga con frecuencia, con lo qual le puso en peor estado; porque un hombre escandaloso, amancebado, borracho, infamador, y comulgar con frecuencia, contemple el Pensador qué buena era la caridad de la Tia.
De todo esto deducian, para exemplo y desengaño del comun, que habiendo sentado redondamente el Señor Sandobál,
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que el Discurso, ó Carta Turca del Pensador era heretico, blasfemo, impío, inductivo de errores, escandaloso, falsario y pernicioso &c. y que al Trapero Pensador no le gustaban las calles del Ave Maria, de la Fé, del Rosario, de Santa Polonia &c. sino que iba mas contento por la del Turco, Puerta de Moros, de la Libertad, de las Damas, del Bufón, (¡qué alusiones tan oportunas y tan delicadas!) y que se temia, que sin saber por donde se andaba, habia de dar un traspie y caer en una calle, que está en la Plazuela de Santo Domingo, y no tenia presente cómo se llamaba, pero que bien sabía que era mas peligrosa, que la de Sal si puedes; y despues de estas calumnias tan injuriosas, querer hacer del místico y caritativo, diciendo: Buen Christiano es el Pensador: por tal le tengo; y como es tan buen Catholico, el Diablo anda tras él á vér si lo puede engañar;
pues por mas que esto sea una furiosa y grosera ironía, suena á caridad christiana: deducian (repito) para que lo contemple el Público, qué tal sería la caridad del Señor Presbitero de Alcabón, para que no se fie de estos Escritores, que vienen con capa de caridad.