La Pensadora Gaditana: Pensamiento XLIV
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Livello 1
Pensamiento XLIV
Se hallarà todos los Jueves en la Librerìa de D. Salvador Sanchez Ossorio, frente del Corrèo: Y de D. Manuél Ferrera, frente del Populo.
Cadiz~i, y Mayo 5. de 1764.
Imprimasse. Dr.
Cavallero.
Cadiz~i, y Mayo 5. de 1764.
Doy Licencia para que
se imprima. Villaformada.
Livello 2
Carta.
Livello 3
Lettera/Lettera al direttore
Muy Señora mia, y veneranda
Amiga: la pulchritúd, y condignidad de sus cogitaciones,
conglutinadas con las furibundas voces de los
detractores, hàn impelido mi pigricia, para que
corriendo los opacos velos de mi timidezes, me vigorize
â consultarla como â delphico òraculo de nuestros
pessimos tiempos: pues fundamentado todo el pondus de mi
vacilãte discurso en las robusticidades de sus assertos,
me congratùlo placidamente alegre, de que arribarè â la
feliz invencion de mi intento. Yo Carissima, y Discretissima Señora, soy Dama de una
Gerarquia de mediocridad razonable: mi estado junto con
la celibatèz mas tersa es de una substancia considerable
porque con la superior dicha de una beldad pulcherrima,
numéro magnitud apetitiva de pecunia baxo cuyos
explendorosos presupuestos puede V.m. preponderàr allà
en sus intellectuales fogosidades, quantas reverentes
ossadías aspirarán â possessionarse de mi propicias
gratitudes.
Todo lo que llevo propalado en estas cortas
lineas se dirige â impetrár de su
discernencia, me quite las obscuridades de mis inminẽtes
temores, ê illumine con los flamigeros rayos de su
critico espiritu mi indiferencia, para que llegue â mi
cognosocibilidad si se hà de numerár entre los Cortejos
este deudo obsequio: porque como nunca le he llamado con
aquel escandaloso nombre, y sí con el honesto epitecto
de Primo, se borren â fundamento las mas tenuissimas
sospechas: y puede correr con este passaporte mi tal
qual diversion por todo el villano campo de la Embidia,
sin que pueda proporcionàr su farina audacia el mas leve
assumpto donde afianzàr su dentelluda malicia. Esta cortès impetracion dirijo â el recto
Tribunal de sus Pensamientos: de su afable, y encimado
juìcio me prometo el mas brillante exito de mi vacilable
deseo. Declarème V.m. con las refulgencias de sus
ciceronianas iluminaciones si he incurrido, ô no
incurrido en el feo, y denegrido abusso de las
Cortejantes ridiculezes: porque si mi desgracia se
apropinqua â una preocupacion tan insolente, procuraré
con la enmienda hacer una Pùblica penitencia de mi
desbarro: pues siempre he desiderado duplicar las
angustias â los suspiros, por no contaminar el candido,
y limpio blanco del acierto. Yo me ofrezco con una diligentissima voluntad â su obsequio, y me
abrogo el honòr de suplicarla me preceptúe, interin que
obsecro â el Cielo la preserve los años del Phenix.
Propicia Amiga, y no desidiosa servidora de V.m. Doña
Crisanta Rimbombe~i.
Livello 4
Autoritratto
Desde el abinitio de
los primeros crepusculos de mi intelectiva
facultad fuì adepta, y propensa à no vulgarizár
mis inmediaciones, con los volitivos descuydos de
dexarme tartar de los fieros
cocodrilos de nuestro pundonor: porque advertida
de las peremnes lamentaciones de mis afectas,
cimentaba en su llanto el rethorico despertadòr de
mi escarmiento. Con esta precaucion sapientissima,
he vivido tan absoluta proprietaria de los
júbilos, que mi libertad disfrutaba un meromixto
imperio sobre todos los periculosos deslizes, de
tal manera, que teniendo por ilusos entremeses sus
insultos, preconizaban victorias de mis ceños. Vea
V.m. la antiquada antelacion que lleva mi conducta
â sus critico-politicos discursos: y como la virga
ferrea de sus correcciones pierden
el uso de sus intentos en el terso, ê immune
proceder de mi interior: porque no tropezando
objeto adequado â su eficacia, hàn sido para èsta
su Servidora alhagos delectables que la obsequian
quantos harpones hà disparado el certero arco de
su pluma. Pero no obstante lo relacionado, como
V.m. con magistral ardòr hà arrojado la red de sus
peritas reflexiones en el extenso mar de los
Abussos: y para apropinquarse â la coleccion de
todo pescado, tanto los cetaceos delinquentes,
como los alburillos descuydados, no há omitido
assumpto que no disserte, tengo unas timidas
desconfianzas de que soy comprehensa
(segun mi mente) en tal qual cosilla acerca de lo
cortejable: si bien esto, tomado por el sondio con
absoluta inteligencia, siempre me hà dado en
rostro, pues he sido miserable de benevolencias
con aquellos, que no se apadrinan proteccionados
de los no-ceremoniaticos privilegios de la
consanguinidad. Baxo este estatuto, por una innata
propension me diviso forzada â corresponder con
afabilidades pundonorosas â un consaguineo mio,
tan esclavizado â mis preceptos, que en continuos
sacrificios (segun me prepondèra) ofrece
respectuosos aromas â mi beldad. Yo que tengo por
tymbre de mi Noble Estirpe el ser
grata â tan agigantados servicios, doy pagamentos
generosos en reciprocas condescendencias: pues me
parece, que â un propinquo tan inmediato se le
pueden disimular las afectuosas experiencias de su
voluntad, por lo remotas que se deben presuponer
de los villanescos humos de la audacia: y de un
cariño ruborizado del parentesco, no se hà de
recelàr en mascàra funestas consequencias. Hasta
este mismissimo instante hé sostenido en mi
interior dictamen, como fuera de la classe de
Cortejãtes civilidades està voluntariosa
afabilidad, y la hè decretado por tan inocente,
que he recelado en no pocas
ocasiones, verla extinguirse sacrificada â las
iracundas malicias de los embidiosos Herodes de
nuestra Epoca: pero gracias â la primera causa de
las causas, que hé visto indemnizados mis
palpitantes temores de estos funestos sustos, pues
como mi discretissimo entretenimiento no aspira â
mas, que â la gratuìta correspondiencia de un
Pariente, sin que estos despejos vizarros de la
voluntad se envilezcan, con las ideas menos
càndidas, estoy fundamentablemente convicta de que
la licitud en este assumpto no es indudable.
RESPUESTA.
Lettera/Lettera al direttore
Mi Señora Doña Crisanta: las
rimbombantes expressiones de su grececitante explanacion hán
colocado mi sufrimiento en la longaminidad mas heroyca, pues
expaventada de su afiligranada loquela, he quedado tan
extupefacta del assombro, que titubeante mi
calamo se reflexiona muy petricoso para producir el exito
adeudado de su dubia interrogacion. ¿Pero donde se dirige mi
Pluma? Hablèmos en buen romance, no me cojan en malos
latines: porque de lo contrario V.m. se quedarà tan en
ayunas de mi respuesta, como yo aùn lo estoy de su pregunta.
¡Valgame Dios, Señora mia, que para proponer una friolera
haya gastado tantos circumloquios, llenando el papèl de
palabras hinchadas, y rodeos impertinentes! ¿V.m. discurre
que yo estoy tan ociosa, pues se pone à escrivirme enigmas,
para que malgaste el tiempo, y me caliente la Cabeza en
descifrarlas? Yo pienso (y no muy mal) que
havrà quedado muy llena de vanidad; por haver abortado de
entre las obscuridades de su estylo tan caliginosa
produccion. ¡Que siendo nuestro Idioma tan fecundo de voces
claras, expressivas, y hermosas, para hacerse entendèr, haya
discurso tan ignorante, que se moleste en buscàr entre la
mas aborrecible barbarie frasses inusitadas, y terminos
extraños mal aplicados, para impossibilitarse de conseguir
el fin, que es manifestàr los conceptos de la mente,
obligando â los oyentes, â que anden con el discurso â monte
por entre las escabrosidades de su enmarañado estylo, para
encontrár con el genuine sentido de su idèa! ¡Estraño empeño! ¿Para decirme, que tiene â un Primo suyo por
Cortejo, y que duda, que por ser su Pariente se deslize à la
nota del Mundo, y se vèa comprehendida en las satyras, que
se han suscitado contra las Damas Cortejos, tenia tanto que
discurrir, ni molestarse? Señora Culta, su Carta es un
farrago de los mas despreciables, y en su obscuro contexto
se mira la satisfaccion de su duda. ¿No dice Vm. que se
quieren, y que el tal Señor mio la pondera su afecto? Pues
ya tiene V.m. un Cortejo con todas sus circunstancias, y por
adiramento la mas agravante que es la consanguinidad: que si
à los ojos de los ignorantes disimular los peligros para la perspicacia de los advertidos no
disminuye los riesgos. Vm. es Cortejo, y su Parientito
Cortejo: y lo peor es que son Cortejos de mayor excepcion.
Ya està Vm. respondida: y segun en Arabigo me promete, yà
puede principiar â hacer penitencia en buen Español: pues de
lo contrario serà tenida por Dama Cortejo, hallandose
divertida con un mueble tan propinquo. Pero llevandome la
atencion su estrafalario estylo, ha de sufrir quatro
golpecitos de crítica de mi mano, para que conozca la
ridiculéz que aprecia con tanta satisfaccion. El inutil
empeño de hablar en culto, ô para mejor decir, de hablar disparates, es hijo legitimo de una
afectacion ignorante, razón porque se halla tan lejos de
agradar este methòdo, quanto dista el artificio de la
naturaleza. El Arte para hacer grato el natural, tiene sus
ciertos tèrminos, que excedidos desfiguran notablemente sus
produciones. Todo el lucimiento de la imitacion artificiosa
consiste en seguir rigorosamente los preceptos de la
naturaleza, â la que siempre añade alguna hermosura, quando
con una destreza prudente mezcla insensiblemente estudiados
adornos, sin que lleguen â percibirse por el excesso de la
compostura: y en este caso se hace digno del aprecio el que
usa de lo artificioso sin olvido de lo natural.
Pero querer adquirirse la estimacion de todos por el vano
desvelo de desfiguràr el objeto con ridiculezes, y
puerilidades es lo mismo que pretendèr aclamaciones por la
indigna práctica de lo defectuoso. Los modos afectados se
miran tan remotos de aumentár gracias â la naturaleza; que
antes por el contrario la misma afectacion es motivo de
hacerla deforme. De esta manera el natural Idioma se hace
apreciable, quando se estudia solo en hermosearle, sin la
superfluídad de las voces, y con la recta, y sencilla
coordinacion de sus clausulas. La verdadera eloquencia, y la
bella elegancia no son como las flores, que en
todas partes donde las siembran le cogen: la misma
Naturaleza es la que pone de su parte el todo para
conseguirlo: si èsta se niega porfiada, serán vanos quantos
esfuerzos haga el cuydado, pues nada se adelanta contra el
mismo genio. De violentár las proprias facultades se
originan las ridiculas producciones, que todos los dias se
desprecian, y salen unos abortos horribles, que hacen huìr â
el entendimiento mas valiente. Assi son los Cultos, y como
se hallan sin el caudal suficiente de entendimiento para
discernir entre lo bueno, y lo defectuoso, y aprecian las
cosas como suenan, segun la cortedad de sus talentos, se arrojan â la imitacion indiferente de todo lo
que oyen: y trocando las especies que escuchan, como no
distinguen de estylos; del elevado, y brillante, del
corriente, y fluìdo, y del llano, y familiar hacen un
guisado allà en su phantasìa, tan mal condimentado, que
viene â reducirse en voces alti-sonantes, conceptos tapados
de medio ojo, frasses alambicadas, y oraciones preñadas de
solecismos, barabrismos, y por esta causa remotas de las
reglas del buen orden; consiguiendo en premio el desprecio
de todos, por exponerse â imitàr lo que no saben discernir.
Llama el Vulgo â los que hablan en estylo bàrbaro,
siendo Españoles, Crìticos. ¡Què crítica es Nise! ¡Ruperto
es valiente crìtico! Y â la verdad de nada estàn mas lejos.
Bello modo de ser Crìticos estàr continuamente amontonando
disparates en sus conversaciones, que lo menos defectuosos
que tienen es el no ser inteligibles. ¿De què servirà tanto
cuydado en las voces, sin hacer caso de los conceptos, que
es el alma de las palabras? Estos en todo lo
que escriven, y hablan ni ellos se entienden, ni nadie lo
consigue, y quedan muy ufanos con haver mortificado â sus
Lectores, ù oyentes con las tinieblas de su explicacion,
haciendo vanidad de las horribles hinchazones de sus
clausulas, como si en ellas consistiera lo apreciable de la
eloquencia. Assi como no se debe estimàr â un Hombre por
noble, y bien criado por solo el exterior adorno del
vestido, quando sus acciones no corresponden â lo que
representa: assi tambien no se hà de juzgár de la bondàd de
lo escrito, ô relacionado por el aparente ornato de las
clausulas brillantes, y voces inusitadas; sino por la claridad del estylo, la propriedad de la [sic]
expressiones, y la natural fluidéz de su eloqüencia. Querèr
hacerse particulares, y dignos de la admiracion por
desfiguràr el proprio Idioma con palabras estrañas, ô no
inteligibles, es pretendèr una Garnacha, ofreciendo por
servicio los meritos de una horca: ô es querèr acompañarse
de las sombras para huìr de los precipicios, pues quando
discurren se miran lejos del riesgo, es quando mas inmediato
les amenaza el peligro. Confiesso que muchos de los que assi
explican no son del todo Ignorantes; pero son enteramente
necios: no son Ignorantes, porque tal qual
ocupan el entendimiento en algo trabajoso, aunque inutil;
pero son necios porque no saben distinguir lo que deben
abrazar como bueno, y despreciar como malo: de todo quanto
oyen, y leen hacen una irregular miscelanea, y valiendose de
estas noticias para componèr su estylo altisonante, llenan
su entendimiento de quanto fárrago les viene â mano,
adornando con èl su tenebroso Idioma,
Lo mas dañoso de la rediculèz [sic] de este estylo,
es la obstentacion que hacen, de su pràctica, los que
infelizmente le posseen, graduando su mèrito en el Tribunal
del amòr proprio por el mas condigno: se tienen por Doctos,
y son unos Ignorantes sin entendimiento. ¿Què ciencia, ô
sabiduría há de ser el humilde, y villano cuydado de hacer
blanco de sus aciertos la entumecida harmonía de su estylo,
fundando su victoria en la no inteligencia agena, como si
èsta estuviera de parte de los que escuchan? El
verdadero doctor, y el que como tal quisiere portarse, ha de
imitàr â los principales Authores de su Patria: ha de
reflexionàr sobre todas aquellas laudables circunstancias,
que los tienen elevados â la estimacion de los Hombres:
todas estas han de procurár saber; poniendo el mas exacto
cuydado en olvidàr lo defectuoso, y en no hacerse objetos de
la risa con el despilfarro de un estylo Macarronico, pues
aunque consiga decir grandes cosas con este mal modo, no
lograrà el aplauso de que son dignas, porque el verdadero
docto huye con anelo de precipitarse â los yerros, y en
ninguna parte se halla peregrino, si no es
en el País de la ignorancia.
¿Si esto dixo de aquellos, que se exceden en el cuydado de hablàr con eloquencia, y no
atienden â lo nervioso de lo proferido: què dirìa si oyera
estos ridiculos estylos, que no solo no tienen materia
estimable en sus conceptos, sino que tambien la coordinacion
de sus voces, y clausulas es todo paja vil, y despreciable,
sin que se halle el peso de un grano de estimacion en ellas?
Mas dirìa: pero bastante dice el continuo desprecio de
todos, no solo los doctos, sino tambien los mas escasos de
juício, porque à ninguno se le niega la jurisdiccion de
juzgár sobre el proprio Idioma, pues para esto con una
mediana luz natural es suficiente. ¡Y con todo este riesgo
se oyen, se miran tantas, y tantos apassionados
por este estylo, que hacen notable empeño de ser señalados,
y distinguidos por esta ruin havilidad! Pues desengañense,
que por mas que quieran hacer naturales tanto conjunto de
voces improprias, no lo han de conseguir: pues la perfecta
sabiduria en todas sus reglas, su practica, y sus preceptos,
nada otra cosa enseña, que imitàr el natural. Los Hombres
naturalmente hablan su proprio Idioma, el que con un
racional cuydado se pule, y hermosea; pero será querer salir
fuera de las proprias inclinaciones el pretender corromperle
con voces estrangeras, improprias, barbaras, y obscuras: porque en este caso se frustra el
intento de las palabras, que es el comunicar los
sentimientos del discurso: la Naturaleza, y el Sabèr vàn
conformes en sus idéas, sujetemonos â su dictamen, y
vivirémos siempre inmediatos â el acierto, logrando la mayor
claridad, y aceptacion en nuestros discursos. Esta deseo la
saque â V.m. de tantas tinieblas, y juntamente, que nuestro
Señor alumbre su juìcio, y la guarde muchos años. Clarissima
servidora de V.m. La Pensadora~i.
Livello 3
Citazione/Motto
Plutharco~i nos lo
advierte. Qui omnia student exprimere multa prava
imitantur imprudentes. Quien â imitar
se arroja lo que no entiende,
admite por aciertos
lo delinquente: Logrando en premio de su mucha ignorancia
comun desprecio.
admite por aciertos
lo delinquente: Logrando en premio de su mucha ignorancia
comun desprecio.
Livello 3
Citazione/Motto
Aristipo~i dixo â uno,
que se gloriaba de entendido, y culto: Que assi como
aquellos que llenan su vientre de manjares no se
hallan mejores, que los que solo admiten los
precissos para la vida: que assi se havian de juzgàr
los Erudìtos no por haver leydo, y
mandado à la mermoria muchas noticias; sino es por
usàr, y retenèr las utiles, huyendo de los pueriles
cuydados de las voces campanudas.
Livello 3
Citazione/Motto
Ciceron~i dice: Sapienti
nihil peregrinum esse debet, nisi quod cum vitio sit
conjunctum. Si el Sabio ha de procurar con los
aciertos cumplir,
de nada se ha de estrañar,
y solo llegue â ignorar
el modo de delinquir.
de nada se ha de estrañar,
y solo llegue â ignorar
el modo de delinquir.
Livello 3
Citazione/Motto
Zenon~i decia: que se
debia estudiar en las cosas utiles: y que las
conversaciones havian de ser no solo elegantes, sino
tambien graves, y conceptuosas: que se havian de
assimilàr â las monedas; pues en estas no se atiende
â el elegante primor de lo esculpido; sino â su
peso, y materia.
Citazione/Motto
Numquam aliud Natura, aliud sapientia docet.
para que se comprenhendan tus razones,
un comento con ellas manda unido: Si en conceptos opacos has vivido, y entre caliginosas aprehensiones,
la luz de la razòn, que infiel depones,
aclare tu discurso obscurecido: No es sér docto lo culto, es ignorancia, dos dedos inmediata â sér demencia,
que â el natural le usurpa la elegancia: ¿Quieres docto escrivir con eloquencia? Sigue del proprio estylo la arrogancia,
modificada un poco con la Ciencia.
Juven. Saty. 14.
SONETO. Si por hablar en culto inadvertido Arabigas ofreces producciones,para que se comprenhendan tus razones,
un comento con ellas manda unido: Si en conceptos opacos has vivido, y entre caliginosas aprehensiones,
la luz de la razòn, que infiel depones,
aclare tu discurso obscurecido: No es sér docto lo culto, es ignorancia, dos dedos inmediata â sér demencia,
que â el natural le usurpa la elegancia: ¿Quieres docto escrivir con eloquencia? Sigue del proprio estylo la arrogancia,
modificada un poco con la Ciencia.