La Pensadora Gaditana: Pensamiento L
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Livello 1
Pensamiento L
Se hallarà todos los Jueves en la Librerìa de D. Salvador Sanchez Ossorio, frente del Corrèo: Y de D. Manuél Ferrera, frente del Populo.
Cadiz~i, y Junio 16. de 1764.
Imprimasse. Dr.
Cavallero.
Cadiz~i, y Junio 18. de 1764
Doy Licencia para
que se imprima. Villaformada.
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Carta.
Livello 3
Lettera/Lettera al direttore
Muy Señora mía: Yo, por si á
caso me tiene olvidada, soy la que escriví à Vm. aquella
Carta, que publicò en su noveno Pensamiento, cuyo
contexto se dirigiò â manifestár el indigno modo con que
los Hombres hablan de las Mugeres: y no contenta con
haver en aquella ocasion publicado sus sin razones,
pretendo ahora ponerla presente una secta de enemigos
nuestros, que se dexan vèr entre los nuevamente
conquistados por las ciencias de Moda, que vomitando á
cada passo en nuestros Estrados systhémas, y opiniones,
y llenando sus discursos de experimentos
physicos, machinas, teoremas, y trayendo por Padrinos de
sus proposiciones, sin soltarlos de la boca â los
Cartesios, NeWtones, Beyerlikns, y otros [sic] cabezas
de partido, acinan en las conversaciones tanta erudicion
mal digerida, que temo revienten alguna vèz por
repleccion de noticias, por cargar mas de lo que puede
consumir la oficina de su cerebro. Estos de que le voy â
Vm. hablando, son una especie de gente, tan sobervia,
que desprecian â todos sin distincion, solo porque no se
inclinan á este trabajo, que aunque confiesso, que es
util; tambien debo creèr, que no es para todos, pues la grande diferencia de genios no se
acomoda â una especie de literatura: y assi igualmente
merece aplausos el diestro Pintòr, por unico en su
noble, y distinguido Arte, como el mayor Philosopho, el
mejor Antiquario, y el mas bien adornado de toda
Erudiccion. Esto supuesto vamos â el caso, que parece
que el enojo me obliga â explicàr en ceños.
Este es el assumpto: y yo quisiera,
Señora Pensadora, assi Dios la libre de majaderos, que
diesse una buena mano â estos Hombrones doctos, que
miran con tanta indiferencia â el resto del Mundo. pues
no serà razòn, que porque las proporciones que hàn
tenido, ô los talentos que Dios les há dado, han sido
medios capaces para instruirse con conocida ventaja, que
se burlen de todos, se presenten tan hinchados, y lo que
es mas, pretendan tambien que nosotras, que por los
riesgos, y ocupaciones de nuestro Sexo, estàmos casi
imposibilitadas de entregarnos â estos cuydados, vayamos
â gritar â las Escuelas, y gastèmos el tiempo que
necessitamos para nuestros peculiares
exercicios, en levantar planos, tiràr lineas, hacer
experimentos, y concordar Authores. No se escuse por su
vida â esta suplica, porque el mal và tomando cuerpo: y
como està en su fuerza la moda de las bellas letras, y
todos quieren parecér Erudìtos: aunque sea el mas necio,
nos moteja de ignorates, y habla en presencia nuestra de
lo que no entendèmos: de que se origina el vernos
desayradas; pues nadie sin principios habla sobre
ninguna cienca. Digales Vm. que son unos impoliticos,
inconsiderados, que toda su ciencia es viento, pues no
la dirigen mas, que â su vanidad, y soberbia. Digales
Vm°.°.°. Pero Vm. sabrà mejor que yo, lo
que les hà de decir, y como interessada, no dudo me
sacarà del empeño, y me darà una respuesta tal, y tan
buena, con que pueda hacer callar â mi discreto Primo, y
à tantos Primos como se encuentran â cada passo de esta
clase. Dios guarde â Vm. muchos años. Servidora de
Vm.
La que siempre.
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Eteroritratto
Yo tengo un Primo
grande Estudiante, de aquellos, que se discurren
el assombro del Mundo: es un pozo de Ciencia, y el
Hombre que mas presume de instruydo en toda la
redondèz de la tierra: es docto, no lo dudo: pero
está lleno de una vanidad desmedida, y una sobervia odiosa, con que se pone â la frente
de todo quanto oye, para destruirlo, aniquilarlo,
y arrojarlo, si pudiera, â padecer entre las
sombras del olvido. Nada le gusta, todo lo mira
con desden, y torciendo el hocico, que parece Dama
melindrosa, que quiere dár que sentir â su
Cortejo. Todo esto para mi era indiferente, porque
nunca havia llegado â el sagrado de nuestro
respecto, y assi, no lo advertía, ni menos ponia,
atencion â semejantes puerilidades. Pero ahora que
de poco tiempo â esta parte se hà vuelto tan
impertinente, y ridiculo, que sin mirar, los altos
privilegios, que tienen â su favor las faldas, las
vulnéra, y trata con desprecio, es lo
que, me há exaltado la colera, y puesto la pluma
en la mano. Este Cavallero Estudiante, Doctòr, ô
Maestro, Discipulo, û oyente se halla tan repleto
de ciencia, que â cada instante, sin distincion de
ocasiones la arroja â bocanadas, y aunque sea con
el Finalès mas bruto le habla de Anachronismos,
Orbitas, Epocas, y otras, cosas que ni vienen à el
caso, ni menos son dignas de los que las escuchan,
pues ignorantes, ô indoctos, ni entienden lo que
les dice, ni aprecian tan mal empleada Erudiccion.
Es una cosa digna de la risa, el notar la destreza
con que tuerce qualquiera conversacion, aunque sea entre gente muy agena de la
escuela, y la inclina â los assumptos de su gusto:
y como por lo regular sucede esto entre muchos,
que no hacen profession de las letras él se lo
habla todo, no hay quien le contradiga, propone
questiones, hace instancias, dà soluciones, y en
una pieza se vé él, que ataca, y el atacado, la
pregunta, y la respuesta, el vencido, y el
vencedor, guisando los triumphos á el paladar de
su opinion: teniendo â todos con la boca abierta,
como si hablarà algun Pater Aeneas, vomitando
admiraciones hijas de su ignorancia: pero nada le
detiene â mi Primo, que con el aplauso le basta,
que â un Hombre de mèrito conocido
le alienta, y estimula el mirarse elevado â el
Throno de Minerva, aunque sea por aquellos, que
aún no saben à qué parte està el primer escalon de
su subida. De esta continuacion de aplausos ha
venido â hacerse de un genio tan atrevido, y falto
de politica, que â todos increpa de ignorantes,
sola su opinion es la mas segura, y lo que es mas
(aquí entro yo) quiere, y pretende que las Damas,
que nos hallàmos oprimidas de mil cuydados
domesticos, seámos Philosophas, Naturalistas,
Hystoriadoras, y Geometras, &c. Que nuestro
comercio (aunque lo sienta la familia) sea con los Bacones, los Tritemios, los
Pluches, Toscas, y otros authores de esta clase:
que hablèmos Latin, Griego, y aún Hebreo; y de lo
contrario nos llama ignorantes, necias, y para
poco: expressiones que nos hieren en lo mas vivo
de nuestra opinion. Quando viene â visitarme no
sabe otra conversacion, que la de sus estudios:
unas veces me habla de Chronologias: otras de
Phisica: y el otro dia se empeñó en explicarme lo
que eran años embolismales, y me llenò tanto la
cabeza de Excessos, Cyclos, Lunaciones, Epactas, y
otras mil cosas, que todo se vino â reducir un
embolismo, que ni entendí, ni me parece que tengo
para què. Y porque le dixe, que para
què se cansaba inutilmente; pues una Dama con
saber llenar el todo de sus peculiares
obligaciones tenia bastante: me dixo muy serio:
esse disparate tiene perdido â el Orbe literario,
en tan buenos ingenios como nos hurta con esta
necedad: las Mugeres hàn de estudiár, y hàn de
saber: porque es gran trabajo para un Hombre
docto, verse precissado â hablar sobre el Perito
que se muere, la Criadad que se fuè, el Paje que
errò el mandado, y otras frioleras con que nos
machacan Vms. las cabezas, por no saber donde
tienen su mano derecha.
La que siempre.
Repuesta.
Lettera/Lettera al direttore
Muy Señora mía: suelta Vm. tantos
cabos en el contenido de su Carta, que para atarlos es
necessaria mas paciencia, que la que ahora me assiste: deseo
complacerla, y aunque sea exponiendome â la censura de los
que tanto venero, verè si puedo buscar razones
que autorizen su enojo, y disculpen su falta de letras: si
lo consigo agradezcalo â su influjo, no â mi pluma; si no
acierto, culpe su mala eleccion, porque el Olmo, &c.
En la esterilidad del assumpto, que Vm. me ha
propuesto, hé dicho quanto hé alcanzado; si no hè acertado á
servirla, tenga por cierto, que no son descuydos de la
voluntad, que tambien á una Pensadora le asaltan accidentes,
que la impiden aplicarse como quisiera. La Pensadora.
Livello 3
Racconto generale
Pone Vm. por objetos de mi
critica â aquellos Hombres, q [sic] porque se hallan
adornados de alguna facultad, ô facultades, no saben
otra cosa, que hablár de ellas, aunque sea entre las
compañias mas indoctas, ô agenas de aquella
profession: y ciertamente que Vm. tiene razòn, pues
no se dexan de divisár estos entes â cada passo, que
haciendo feria de su ciencia sin reflexion, ni
orden, se exponen, ô â que no los
entiendan, ô â que huyan de sus conversaciones por
molestos. Tengo dicho, que la inuntilidad de las
conversaciones en los Hombres era un abusso digno de
remedio, pues unos entendimientos criados para
discurrìr con acierto, y utilidad se perdian
humillandolos á empleos de cosas viles, y rateras. Y
no serà estraño, que tambien entre estas inutiles
conversaciones, numere [sic] las de los doctos, que
desperdician el tiempo, faltando â la polytica, en
pretender que todos sean Philosophos, Eruditos,
&c. A lo menos si esta no es su intencion, la
vana porfia en hablar de lo que otros no entienden
demuestra lo contrario. Vamos con razones de bulto, para que nos entendamos. Es muy
cierto, que la mayor parte de los Hombres, ô por sus
ocupaciones, ô por falta de aplicacion no se
entregan â mas noticias, que â aquellas que son
necessarias para su modo de vivir: y assi se
hallaràn muy buenos Abogados, que ingnoren
enteramente aùn los principios mas faciles de las
Mathematicas: se en contrarán [sic] haviles
Comerciantes, que en su vida havrán gastado una hora
en otro assumpto distinto à el de sus negocios: y
por fin muchos Hombres de Capa, y Espada de bellas
luces para una Oficina, y otros Emplèos, que de la
misma suerte ignoran, aún el nombre de Physica, y
assi otros muchos. De estos es por lo
regular de lo que se componen las màs de las que
llaman Tertulias, y son lo que Dios quiere: pues
vàmos â el caso: el Erudìto que se halla adornado de
Ciencia suficiente, no há de torcer las
conversaciones â medida de su gusto, que èsta yà es
trampa conocida, y pueden decir, que es vanidad, ô
querèr lucir con lo que han visto en aquel mismo
dia: antes por el cotrario parecerá mas docto
adequandose â los discursos de todos, si son
decentes, y exercitando sus luces en iluminar las
idèas agenas con las reflexiones proprias. Y assi es
necedad en una compañia de Hombres sin estudios, ni
inclinacion â ellos, hablár de proposiciones,
disputas, argumentos, variedad de
opiniones, y otros assumptos dignos de mas bien
instruído Auditorio. El buen Medico proporciona los
alimentos â los Enfermos segun la robustèz de sus
estomagos: y assi deben hacer los que se precian de
Sabios: tantéen la capacidad de los que escuchan, y
practicado de esta forma, denles el alimento de la
Sabidurìa, segun sus alcanzes: porque pretendèr
sacár un Geometra en el corto tiempo de una Visita,
si esta no es locura, Vms. la podràn llamár como
quisieren, que yo para mi Sayo bien sè lo que es. ¿Y
de què nace este disparate? De no sabér en què
consiste la verdadera gloria, y buena fama, poniendo
por ultimo fin de sus Estudios no la
utilidad del sabér, y sì el adquirirse el nombre
Doctos, y Erudítos, y para conseguirlo no dexan
tecla q [sic] no toquen con su ingenio, tan presto
en la Philosophía, como en la Theologìa, las
Mathematicas, la Historia, los Poètas, y todo lo
demàs; y si se ajustan bien las quentas, es muy
factible se hallen muchos ceros â el lado del
Evangelio en las summas:
Y assi es lastima, que unos Hombres
dignos del aprecio, sabiendose aprovechàr de su
entendimiento; por el mal uso de la Ciencia sean el
objeto de la risa de muchos. Los antiguos pintaron â
la fortuna sobre una piedra redonda, y â la
Sabiduría en otra quadrada, y firme, para darnos â
entendèr, que assi como los Hombres, que procuran
sus lucimientos, y ascensos de la fortuna los hàn de
hallàr volubles, è instables; los Sabios prudentes,
y que procuran parecerlo, son firmes, y permanentes
en sus estimaciones, con tal que vayan cimentadas en
las sòlidissimas maximas de sus doctrinas: porque â
la Ciencia verdadera ni los vientos de la vanidad la
hinchan, ni los acometimientos de la
embidia la mueven, ni el vil intento de lisonjear
con ella la inquieta; y assi siempre firme nada le
inmuta. De este defecto se sigue el despreciar â
todos aquellos que no son estudiosos, ô porque sus
Emplèos no se lo permiten, ô porque en tiempo no
tuvieron proporcion para conseguirlo, aunque sean
Hombres de capacidad para la vida civil: y esto no
es otra cosa que vanidad de un color, y vanidad de
otro; pero siempre vanidad de todos colores.
Desengañense V.ms. Señores Doctos, acà entre la
gente de escalera abaxo, ê indocta tenèmos un modo
de sabèr, que aunque es común â todos,
por lo regular suele encontrarse entre los de
corazon sencillo, y humilde:
¿Pregunto, se prodrá sabér todo este montòn
de cosas, sin estudiar â Aristoteles~i, y â
Descartes~i, y sin andàr rompiendo Cathedras, y
registrando Historias? No tiene duda.
Pues Señores mios, quien puede posseèr tan util
Ciencia, y por lo regular la sabe, no es digno del
desprecio, porque no há seguido la Escuela: y en
estas noticias â todos comunes, el Docto no dexará
de hallàr assumptos dignos de una conversacion
familiar, sin incurrir en la falta de policia de
tocár materias que no le entiendan. Pero donde llega
mas alto el grado de la preocupacion, es en
aquellos, que por fuerza pretenden que todas las
Damas sean Erudítas. Y aquì entra el objeto
principal de la Carta, y assi será precisso que el
Primo, y yo nos entendàmos. Venga Vm. acà, Señor
Primo, ô Segundo, por ventura hà llegado su Ciencia
â el alto grado de particular, y unica
en todos assumptos? Supongo que sì, que tal vèz esta
serà su inteligencia. ¿Pues con tanto sabèr, no
alcanza, y conoce las dificultades, que impiden â
las Damas el poder hacer lucir la delicadeza de sus
discursos? Vamos claros: Vm. no sabe lo q [sic] son
Damas, ni tiene para qué, pues ignora, que los
riesgos de su puericia, los cuydados de su juventud,
y las pocas ocasiones de instruìrse en materias de
Ciencias, las alejan de la mayòr prueba de sus
entendimientos. Yo no hablo, sino de aquellas que
viven en sus Casas segun el orden racional proprio
de su estado; las demàs, yá se vé, que para nada
hacen exemplár. ¿Si una Dama llega â
practicár la Ciencia propria de su obligacion, por
qué pretende Vm. que se dedique á otras, que sin
duda la hán de apartàr de los principales empeños de
su vida? Sin duda desea, que abandonen el cuydado de
sus Familias (en mí se està verificando)
¿Y què se sigue de aquì, Señor Primo? Que la
Muger que cumple con estas obligaciones, se reirà de
sus manías, y se burlará de sus aprehensiones;
porque â la verdad, como sepa criàr sus hijos, y
obedecér á su Esposo, yo creo, que las demàs
noticias la haràn poca falta. Por esto estraño, que
un Hombre de sus luces, en los Estrados, y hablando
con Señoras, que aunque saben, no saben lo que Vm.
quiere, se desvele en sus conversaciones,
amontonando Erudiccion que es buena para una
Cathedra, y porque no le atienden,
tenga ossadia para llamarlas Ignorantes, ê
inaplicadas. ¿Vm. sabe que es ignorancia? Yo creo
que no. Pues mire Vm. Ignorancia se llama con
propriedad, quando se ignora aquello, que por
obligacion se debe saber, y esta es la ignorancia
digna de vejamen. V.g. como si un Escrivano no
supiera hacer una Escritura, y un Abogado un
Pedimento, que esta serìa ignorancia digna de
echarla en cara: ¿pero llamar â estos ignorantes
porque no sabian la Optica, no sería disparate de
grán tamaño? Assi es, pues â nadie se le puede hacer
cargo de lo que está fuera de la linea de sus
possibles, ô facultades; y esto es lo mismo que
arrojar un Canario, porque no habla
como un Papagayo. Señor mio distinga de tiempos, y
ocasiones, y ajustarà bien las medidas. Las Damas
son capazes de todo lo que sea un grande
entendimiento; pero estas Señoras se hallan
incapazes, porque no frequentan las Escuelas, y
porque el destino de su vida se dirige â otras tan
utiles ideas como las de la mayor ciencia, pues son
las que con sus desvelos nos guardaron las vidas de
los Alexandros, los Augustos, y los Fernandos desde
su infancia, entre cuyas doctrinas se principiarõ à
formar aquellos corazones, que no cupieron en el
Mundo de gloriosos. ¿Véa Vm. si la que tienen en sus
brazos un hijo, y como Madre se
lisonjea, que puede ser un Anibal, ô un Arias
Montano, si tiene bastantes historias, y
Philosophías que estudiar, con solo el cuydado de
que no se desgracie el dulce principio de sus
esperanzas? ¿Si le cria con temor à la Religion, y à
el Rey, y le guia por el recto camino del verdadero
honor, què mas Erudiccion Vm. pretende? Yà puede
mudar de dictamen, pues no ignorará que es de
sabios, y olvide las altanerias de su ciencia,
porque la vana, bien tendrà leydo, que ensoberbeze;
y la verdadera humilla: y trate con mas respecto à
las Damas, pues las vè sugetas á unos estudios, que
por lo regular no hay jubilaciones, que los
finalizen, ni Mitras que los premien, y
siempre con fatigas, nunca, ô tarde se concluyen sus
tareas. No estrañe no le atiendan sus
conversaciones, porque assi como Vm. no gustaria,
quando las visita, le tratassen de la ruda, y su
aplicacion, y del modo de cortàr una Camisa: assi
mismo es precisso sientan vér à un Hombre, que
reventando de sabio á todas horas, sabe que rabia.
Livello 4
Citazione/Motto
porque dice
Xenophonte~i de estos que todo lo quieren sabèr:
Fieri non potest, ut qui multas artes exercet,
multa praeclare faciat. No es muy facil encontràr
quien todo lo há de sabèr,
pues quien pretende lográr
muchas artes posseèr,
en nada es particular.
pues quien pretende lográr
muchas artes posseèr,
en nada es particular.
Livello 4
Citazione/Motto
oygan â Seneca~i,
que dice â mi intento: El que entrega su ànimo â
la virtud, y sigue todo quanto â ella pertenece:
el que entiende que es animal sociable, y nacido
para el bien comun: el que vive como si siempre
estuviera en pùblico: el que â nada tiene por
malo, mas que â lo que es torpe: ni por bien
perfecto, que â lo que es honesto: el que todas
estas cosas sabe, completa una Ciencia util, y
necessaria: porque todo lo demàs es solo deleyie
[sic], y entretenimientos del ocio.
Livello 4
Citazione/Motto
pues escuche Vm. â
Ciceròn~i que dice en sus fragmentos: La
naturaleza dispuso, que el Hombre toleràsse las
intemperies yà eladas, yà ardientes: midiesse la
Tierra, surcàsse los Mares: sufriesse repetidos
trabajos, assi en la Paz, como en la Guerra, y en
la adquisicion de las Ciencias: para esto le criò
de una complexion robusta, y de un valòr grande;
pero â la Muger, que ningun otro cuydado la dexò,
que el de sus domesticas ocupaciones, la
inhavilitò para todo lo demàs con la
natural timidèz, y el encogimiento proprio de su
Sexo, dandola solo arbitrio para el desvelo de la
Casa.
Citazione/Motto
Puto
multos ad sapientiam potuisse prevenire,
nisi putassent se pervenisse.
tanto mas del acierto se desvia,
quanto necia se busca admiraciones: El que de su discurso desconfia solo quiere el saber; no obstentaciones,
porque el desconfiar por advertido,
es qüalidad precissa â el entendido. A El Templo de Minerva siempre hermoso ninguna guerra mas le ha destruydo,
ni el Barbaro, ni el vicio vergonzoso,
como vivir el Docto presumido: Para vencer su cumbre es perezoso, porque piensa ignorante que ha vencido:
liberte su razòn, que opressa llora,
verà que poco sabe, y lo que Ignora.
nisi putassent se pervenisse.
Senec. de tranquil. anim.
Octavas. De la Ciencia la mucha altaneria, que â el ànimo le dà satisfacciones,tanto mas del acierto se desvia,
quanto necia se busca admiraciones: El que de su discurso desconfia solo quiere el saber; no obstentaciones,
porque el desconfiar por advertido,
es qüalidad precissa â el entendido. A El Templo de Minerva siempre hermoso ninguna guerra mas le ha destruydo,
ni el Barbaro, ni el vicio vergonzoso,
como vivir el Docto presumido: Para vencer su cumbre es perezoso, porque piensa ignorante que ha vencido:
liberte su razòn, que opressa llora,
verà que poco sabe, y lo que Ignora.