La Pensadora Gaditana: Pensamiento XLV
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Nivel 1
Pensamiento XLV
Se hallarà todos los Jueves en la Librerìa de D. Salvador Sanchez Ossorio, frente del Corrèo: Y de D. Manuél Ferrera, frente del Populo.
Cadiz, y Mayo 12. de 1764.
Imprimasse. Dr.
Cavallero.
Cadiz, y Mayo 11. de 1764
Doy Licencia para que
se imprima. Villaformada.
Nivel 2
Nivel 3
Metatextualidad
Haviendo hablado con alguna
extension sobre la eleccion de Amigos, en que (segun mi
caudal) hice presente quanto se debe consideràr, para
posseér esta verdadera felcidad, si hay alguna digna de
este nombre en el Mundo: aùn le queda â mi discurso
bastante Campo para corrèr en este assumpto la pluma:
pues aunque distinto en las circunstancias, es poco
diferente en el nombre, pues comunmente honran todos con
el amable nombre de Amigos â los que comunican con mayor
frequencia. La variedad de obligaciones, que motivan â
los Hombres â tratarse mutuamente, es una précission tan indispensable, que ninguno
absolutamente podrá disponér su modo de vida, sin que
procure, ô yà aliviar sus fatiguas, ô proporcionàr sus
interesses con el trato familiar, para la conservacion
de sus alivios, ô de sus caudales; porque de lo
contrario serìa vivir negados á todos los sentimientos
de la racionalidad. Las compañias, y acertada eleccion
de sugetos para ellas, es uno de los cuydados, mas
principales, à que debe estár atento todo Hombre bien
educado, y de talentos no vulgares: Porque de admitir
sin precaucion estas comunicaciones, se originan tantos
inconvenientes, quantas son las acciones de pervertirse, ô de perder la buena opinion con el
trato de los defectuosos. De este cuydado se sigue à
todos tanto provecho, que solo los preocupados de los
delitos no podràn divisár este beneficio. En el estudio
de la ciencias especulativas solo se consigue la noticia
del bien obràr: pero en la comunicacion con los Sabios,
y Hombres de recto procedèr se adelantan aquellas
noticias con el exemplo, y se aprende el modo de
practicár el laudable exercicio de sus preceptos. Por
esta causa ha de sér uno de nuestros principales empeños
el elegir un corto nùmero de conocidos, cuya opinion, y
buenos talentos sean â el mismo tiempo que diversion de
nuestras tareas, estimulo para
adelantarse en lo virtuoso. ¡Pero què desgracia, los
Hombres ciegos en sus aprehensiones, parece corren á
porfia â abrazár con ansia aquellos riesgos, de que mas
debìan huír! Y es un dolòr, que no admite consuelo el
vèr tantos Hombres distinguidos, y de buenas luzes
hacienda alarde de comunicarse con lo mas despreciable
de la Republica. Este desorden es hijo de la ceguedad
con que todos publícan, que se divierten con sus Amigos,
que tratan con sus Amigos, y que vàn â buscàr quarto
Amigos con quien pasár la tarde. ¡Valgate Dios por
Amigos, y què de sobra que los ofrece el
engaño, quando uno solo es suficiente produccion, para
que un siglo llegue â la classe de notable entre los que
le han antecedido, y sucederàn! Pero si con la luz de la
razòn se registran las circunstancias de esta multitud
de Amigos, se presentaràn luego al punto las
impropriedades del nombre, y las malas consequencias que
se siguen de tales compañias. Basta con que Dorindo
possea una, ô dos circunstancias agradables, segun el
genio de quien le solicita, para que sea estimada su
compañia: y sin reparàr en lo aborrecible de sus
costumbres, todo se dispensa, y solo se camina â
delectàr la inclinacion, que contra toda justicia nos
le acerta. Es muy gracioso, tiene
lindas ocurrencias, nadie està triste en su compañia, y
assi (dicen los mas) yo siempre quisiera tenerle â mi
lado. Pero Dorindo es obsceno, jugador, rencilloso,
desaplicado, y todos le conocen por Hombre inutil para
la vida sociable: ¡Bello fruto podrá sacàr de la
compañia de èste, quien cifre su diversion en su trato!
Todos discurriràn, que la uniformidad de costumbres los
enlaza, y no la extravagancia de una passion necia: y no
piensen, que han de tenèr â Dorindo por bueno, porque ha
de ser muy â el contrario: pues como sus maldades son
publicas, y continuadas, creerán con razón, que aquel que le franquea el lado es su
semejante:
No tiene duda, que todos se harán est concepto,
pues nunca podrá este concepto, pues nunca podrá ser
creìble, que un racional bien educado, que en el fondo
de su Corazon aborrece v.g. la embriaguèz, se asocie con
un ebrio continuamente, porque se expone voluntario â
que le estimen como otro tàl: y â la verdad no serà el
juício muy temerario, porque la continuacion de su compañìa sin dificultad há de
pervertir sus buenas costumbres:
¡Pues no es cosa facil, que un Hombre de bien
pueda comunicàr con un pìcaro, sin que por esto vulnère
su estimacion, y arriesgue sus inclinaciones? No
Señores, no es tan facil como lo pintan. Tengo dicho en
otra parte, que las voces suenan acordes con el impulso
que las govierna: y ahora añado, q[ue]
assi como el Hombre de bien, y el que pone toda su
eficacia en practicàr lo honesto, éste sin dexarlo de
ser, y con mucha violencia no podrá hacer exterioridades
de obras, ô palabras, que lo hagan parecèr delinquente:
assi tambien aquel que en su interior es indigno, y mal
inclinado, èste ni aun violentandose, podrà disimular lo
dañado de su corazon, ni lo torcido de sus inclinaciones
entre las continuas familiaridades de una comunicacion:
de que se sigue que todas sus palabras, obras, y deseos
seràn defectuosos, y por esta causa el que le trate, ô
se há de decir, que es su igual en las costumbres, ô que
quiere serlo, pues conserva una
compañìa en que solo se puede aprendèr la deforme
práctica de todo lo aborrecible. Parecerà este assumpto
inutil, por lo vulgár, y común, que se escuchan sus
avisos. Todos desean verse libres de malas compañias;
pero pocos ponen las diligencias para conseguirlo:
porque entienden solo por malas compañias las de los
facinerosos, ladrones, homicidas, y las de todos
aquellos que se miran comprehendidos en las mayors
penas: no hay que replicarme, que la misma experiencia
es la prueba de mi juìcio. Basta que un Hombre disfrute
mucha hacienda, para que se haga razòn de
estado su comunicacion: â pocos les dàn en rostro sus
siniestras intenciones, ni su mala opinion: todo se
desprecia, y solo se apetece su correspondiencia, porque
el vil interès cierra los ojos de la razòn, y obliga â
no ser escrupulosos de sus riesgos, con tál que se
utilize la vanidad en el fingido honòr que resulta. ¿Y
qué lògro se saca de esta compañia tan perversa? Que los
Hombres sensatos, aquellos que con los ojos de la
prudencia miran las cosas como ellas son en sì, los
marquen por sus semejantes, y en nada les diferencien.
Què importa busquen como felices en las prosperidades â
los Poderosos; si lo viciado de sus corazones los tiene
esclavizados en la mayor desdicha. La
riqueza verdadera, y no fingida felicidad se cifra en la
inociencia de las costumbres; no en la delinquente
possession del oro.
Otros muchos, cuyas costumbres son reguladas con
acierto, y procuran conservar su opinion â toda costa,
son tan descuydados en el assumpto de sus compañias, que
incautos se arrojan â los precipicios, y no pocas veces
perecen en ellos. ¿Què me importa â mi (dicen regularmente) que Celio, y Amphriso tan
desaplicados, viciosos, y de mala conducta, si yo no
apruebo sus maldades? Solo los busco para divertirme con
su conversacion, porque tienen un entendimiento sin
igual, son muy noticiosos, y de basta erudiccion. V.m.
qualquiera que sea, procede muy engañado. ¿Qué importa
que tal qual véz produzcan buenos discursos, y
conversaciones erudìtas, si todo esto, por lo regulàr,
há de sabèr â la pez de sus malas inclinaciones? Si
aquellos ànimos están posseídos de lo defectuoso, què
hán de respirar, que no salga infestado de tan temible
contagio? Passe cada uno memoria por todos los que
trata, que sean parecidos â estos, y
reflexione si es verdad lo que digo, y si en las
ocasiones que los hàn comunicado hàn dexado de
contaminarse de su malignidad. Vean con los ojos de la
prudencia, y sin passion, si no les há sucedido assi
como lo pondèro. No hay que cansarse, Señores mios, la
propension que todos tenèmos â la libertad, y desenfreno
es poderosa; y para contener la se necessitan de muchas
precauciones, y el mas exacto cuydado siempre es
pequeño, para cerràr tantas puertas, como encuentra la
maldad, por donde se introduce â tyranizàr nuestra
inocencia. Es una satisfaccion muy arriesgada y digna de
el desprecio, pretender mantenerse
essempto de la voracidad del fuego, aquel que
desprevenido se acerca demasiado â sus llamas: assi el
que se lisonjea de su constancia, exponiendose repetidas
veces â las ocassiones de los malos exemplos, este
infaliblemente perezerá, y se verà arrastràr de tan
perversa imitacion. Bueno es, y laudable amar la
comunicacion de los entendidos; pero no ha de ser este
el principal objeto, que nos lleve à su compañia: ha de
ser su buena opinion, sus inocentes sentimientos, y sus
rectas inclinaciones â lo honesto, y virtuoso: sin estas
circunstancias toda la ciencia serà inutil, arriesgada,
y sin provecho: porque tal vèz lo que
aconsejen con las palabras, proferidas antes por
obstentacion, que por el buen fin de que sean utiles,
desacreditarán con sus obras: y bien saben todos, quanta
es la eficacia de un mal exemplo, y lo que exceden los
ojos â los oìdos para convencèr el entendimiento. Por
estos motivos se debe huìr su mala compañia, sin
dexarnos engañar de las apariencias de su erudiccion,
pues esta no servirá de mas, que de authorizár sus malos
havitos, porque el tartar con los pervertidos es el
escollo, en que peligran las mas seguras confianzas:
porque estos procuran atraer à su indigno partido â
todos aquellos, que sin reflexion se les acercan.
El principal fin de las compañias, governadas por
una prudente Sociedad, ha de ser la reciproca
correspondencia en los acasos de la suerte, esta
obligacion no executa solamente â los verdaderos Amigos,
extiende sus limites â todos aquellos que son
concurrentes en los negocios, los entretenimiento, y
diarias conversaciones. Esto no es sér vilmente
interessados, sino regular su vida con una
discreta politica: porque sin duda en una urgencia los
Hombres deben recurrir â aquellos con quienes mas
comunicacion tienen; porque seria una extravagancia
ridicula, procuràr su alivio en los no conocidos, y una
diligencia infructuosa. Pues esta es la causa principal
de tantos quexosos, como se oyen en el Mundo de las
ingratitudes de los Amigos, y conocidos, porque no
supieron en tiempo proporcionár sus compañia [sic] con
los Hombres de bien, y de sana intencion:
Vean aquì el mas claro dessengaño para que los
Hombres se empeñen en acompañarse con otros, que no solo
les dèn buena opinion, y rectos exemplars, sino que
tambien sean capazes de consolarlos en las aflicciones.
La poca cautela de las malas compañias està tan contra
todos los Padres, que â este descuydo solo se puede
reducir la pèrdida de tantos hijos infelizes, como
component el crecido número de los desgraciados, y
delinquentes. Pero en donde hace mayor estrago esta falta de precaucion, es en las hijas
inocentes, que no pocas veces abandonadas â la
comunicacion de Mugeres de torcidas inclinaciones, beben
en la niñèz el mas cruel tòsigo, que las infesta para lo
sucessivo. Con que Nise sea petrimeta, bayle, cante, y
represente con primor, tiene bastantes mèritos para que
sea tratada estrechamente de muchas, que â vueltas de
aquellas públicas havilidades se veràn instruìdas en
otras mas secretas, y por esto mas peligrosas, y
arriesgadas. Pero yo soy demasiado atrevida en intentàr
deslucír el cuydado de los Padres, pues estos le ponen
exactamente, en que sus hijas se comuniquen
con otras tan buenas como ellas. Parece que me arrojo
sin reflexion, y aùn no digo todo lo que quisiera.
Supongo que Nise es su igual en sangre, en riqueza, y
estimacion: pero aùn todavia falta mas: ¿Es Nise
recogida, aborrece las libertades, que siempre se han
usado disfrazadas con diferentes nombres de Piques,
Chichisveos, Cortejos, Muebles, &c? No Señora,
ni es precisso que lo sea, porque de estas frioleras
(que assi se pueden llamàr) en Mugeres de estimacion no
se siguen malas consequencias. ¡No se siguen malas
consequencias! Sea cada uno secretamente testigo de mi
verdad: no quiero mas triumpho, y vean
luego si la inclinada â estas diversiones podrà influír
en sus hijas algunas siniestras idèas que las vicien:
assi no fuera como lo escrivo: y assi como de puertas â
dentro en los riesgos de nuestro Sexo, no supiera tanto.
por este temór debèmos con tanto empeño
apartarnos de este descuydo, trocandole en el mayor
cuydado, para saber conducir nuestra sencillez â donde
estimulen su rectitud con las obras, y las palabras: ò
donde reprehendan sus defectos con las
alabanzas, y pràctica de lo virtuoso. De las compañias
de aquellos que vuelven las espaldas â lo agradable por
honesto, nada se puede interessár, que no sean perezosos
alientos para todo lo bueno, y ligeras ê inconsideradas
determinaciones para lo indigno. No dudo que los riesgos
amenazan â todos quantos se miran mezclados entre la
confussa diferencia de los racionales: pero sin duda que
mas expuestos se hallaràn aquellos que admiten por
recrèo de sus taréas las conversaciones, y familiaridad
de los pervertidos. ¿Quantos Hombres de buenas
costumbres, y sana intencion se hallan hoy ausentes de
su Patria, llorando un destierro, ô
padeciendo las molestias de una larga prission, porque
sin una prudente reserva se arrojaron â el comercio
arriesgado de las malas Compañias, hallando en ellas
forzosas, aunque involuntarias ocassiones de su
perdicion? ¿Si estos huvieran sabido premeditár los
riesgos, y conocer la causa de donde podian originarle,
para apartarse de ella, no se vieran hoy en el sossiego
de sus Casas, y con la amable compañia de sus familias?
Es verdad; lejos de tantos peligros, pèrdidas de
haciendas, y tropèl de aflicciones viviran contentos, si
huvieran tratado solo con los prudentes, y de rectas
inclinaciones. Quantos Padres, y Maridos no
se verìan comprehendidos en la ultima desgracia, si
huvieran sabido proporcionar â sus Hijas, y Mugeres
aquellas Amigas, menos arriesgadas, por mas inocentes,
escusando con esta precaucion honrada los sinsabores que
padecen, y el dolor que sufren de miràr su honòr
destruìdo à los fieros insultos de una offadía? Muchos
se descubren â estos semejantes, â quienes no les basta
el arrepentimiento de toda la vida, para soldár la
quiebra que por un descuydo padeciò su infelìz
estimacion, entre los arriesgados initantes de las malas
Compañias. Por esso las buenas son el recreo de los
prudentes, y el remedio de los
pervertidos: porque â los primeros los vigorizan en sus
buenos intentos, los alientan para no desmayàr en el
camino de la honradéz, y los sirven de estimulo para que
con gloriosa emulacion procuren ser los primeros â
llegar â el sagrado templo de la virtud, venciendo con
arrogancia las mayores dificultades que se opongan â tan
laudable intento. A los defectuosos las buenas compañias
los mudan enteramente, y poco â poco los ván apartando
del errado camino que seguian: las palabras se
introducen en el corazon de estos, donde incessantemente
vàn destruyendo las perversas inclinaciones, y con la
continuacion de oìr, y vér con frequencia
la práctica de las admirables maximas de los Hombres
bien educados, y verdaderamente nobles, vàn adquiriendo
un odio á sus ilicitas diversiones, y defectos, y de
èste nace luego â el punto el digno amor de la virtud,
hermoso blanco donde debèmos dirigir todas nuestras
idèas. Estos son los bienes, y los males que podèmos
sacár de nuestras compañias: si se atiende â el interès
que ofrece esta reflexion, no se dirá, que es inutil el
assumpto por comun, pues regularmente los consejos que
mas repetidas veces se oyen, son los que mas aprisa se
olvidan, siendo estos los que mas importan. Nadie podrá negarme, que de la poca precaucion en
las compañias, y trato familiar se originan las mayores
desgracias, y los mas temible precipicios: porque son
éstas como Seminarios, donde ván los corazones â
instruìrse, ô en la verdadera Ciencia del bien obrar, ô
en la maliciosa ignorancia de atreverse à delinquir. De
las compañias bien escogidas nacen siempre nuestros
interesses, las utiles, y honestas alianzas, y el
aumento de nuestras distinciones. Pensémos un dia con
reflexion en assumpto tan interessante, que para el gran
beneficio que se consigue, es pequeña diligencia el
mayor cuydado.
Nivel 4
Cita/Lema
y dirà el Mundo con
Apiano: Facile conciliat improbos morum
similitudo. Presto forman hamronìa, y promueven
amistad,
los que con necia porfia
son unos en la maldad,
y unos en lo compañia.
los que con necia porfia
son unos en la maldad,
y unos en lo compañia.
Nivel 4
Cita/Lema
pues como dice
discretamente Menandro: es casi impossible à un
Hombre de recto procedér conservàr su admirable
conducta, y buen modo de vida entre los riesgos de
las costumbres contaminadas.
Nivel 4
Cita/Lema
Menandro nos affirma
esto mismo. Vir malus infelix est, & si
felix sit. Aunque se vista de seda, y possea una
Corona,
aunque â todo el Mundo exceda,
quien es delinquente Mona,
siempre infelíz Mona queda.
aunque â todo el Mundo exceda,
quien es delinquente Mona,
siempre infelíz Mona queda.
Nivel 4
Cita/Lema
Isocrates ponderò
esto mismo, quando dixo: Improbus nos perdit
adquoscumque accesserit. Si no se intenta apartàr
del malo la inmediacion,
tarde se podrà logràr,
mantenèr el Corazon
sin llegarle â infeccionar.
tarde se podrà logràr,
mantenèr el Corazon
sin llegarle â infeccionar.
Nivel 4
Cita/Lema
y assi dice Plauto:
que los viciosos estudian solo en el modo de
recivir los beneficios, pero ignoran el como
volverlos. Y añade Justiniano â este intento: Que no podràn nunca ser utiles â sus
compañias aquellos, que menospreciando su propria
religion, aùn contra el mismo Cielo son audaces.
Nivel 4
Cita/Lema
Seneca nos dice: Que
à los posseìdos de la maldad nunca les falta
tiempo, ni ocasion para hacer estragos, y extendér
sus perversas inclinaciones:
Cita/Lema
Omnium Societatum nulla præstantier est,
nulla fir
mior est, quam cum viri boni, moribus similes,
sunt familiariate conjuncti.
para abrazar el bien que siempre ha sido
el objeto del Hombre bien criado:
Tantas pierdes, si necio inadvertido
con los malos te juntas confiado;
pues nada ofrecen mas estos congressos,
que repugnancia â el bien, â el mal excessos. Por esto la mas docta vigilancia, de buscar en los buenos la exelencia,
de practicàr el bien con gran constancia,
es la mas embidiable preheminencia:
Pues despreciando el mal con arrogancia,
se pospone el deleyte â la inocencia,
buscando con tan bellas compañias
honestas, y prudentes alegrias.
mior est, quam cum viri boni, moribus similes,
sunt familiariate conjuncti.
Senec. Epist. 11.
OCTAVAS. Quantas maximas uses prevenido, dando prudentes leyes â el cuydado,para abrazar el bien que siempre ha sido
el objeto del Hombre bien criado:
Tantas pierdes, si necio inadvertido
con los malos te juntas confiado;
pues nada ofrecen mas estos congressos,
que repugnancia â el bien, â el mal excessos. Por esto la mas docta vigilancia, de buscar en los buenos la exelencia,
de practicàr el bien con gran constancia,
es la mas embidiable preheminencia:
Pues despreciando el mal con arrogancia,
se pospone el deleyte â la inocencia,
buscando con tan bellas compañias
honestas, y prudentes alegrias.