La Pensadora Gaditana: Pensamiento XLIII
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Pensamiento XLIII
Se hallarà todos los Jueves en la Librerìa de D. Salvador Sanchez Ossorio, frente del Corrèo: Y de D. Manuél Ferrera, frente del Populo.
Cadiz, y Abril 28. de 1764
Imprimasse. Dr.
Cavallero.
Cadiz, y Abril 28. de 1764
Doy Licencia para que
se imprima. Villaformada.
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Metatextuality
Assi como por el Idioma se
distingue la Patria del que habla, assi tambien por las
razones q[ue] profiere se viene en conocimiento de la
profundidad de sus discursos, la rectitud de sus idéas,
ô lo viciado de sus passiones: y assi como, aunque
muchos possean un Idioma estraño con perfeccion, no
obstante no dexan de mostràr algunos descuydos, que
denotan no son naturales del Paìs, cuya lengua
pronuncian: assi tambien aquellos que ocultan en su
pecho la propension à los delitos, por mucho cuydado que
pongan, no podrán ocultár del todo sus defectos, pues
siempre las palabras suenan acordes con el impullo del genio que las alienta. Por esta
causa tan digna de la mayor atencion, debèmos todos
ponèr el mayor cuydado en nuestras conversaciones, assi
familiares, ô privadas, como las pùblicas, destinadas
para el comùn adelantamiento de nuestros interesses.
Este empeño laudable, que debe ser el principal objeto
de nuestros verbales discursos, se mira tan abándonado
en toda classe de Personas, que parece que de intento se
alientan à practicàr lo contrario â lo que dicta la mas
acertada conducta. Las porfias impertinentes, las
chanzas, y jocosidades continuas, y peligrosas, y la
loquacidad sin prudencia son otros tantos escollos,
donde tropieza, y regularmente peligra el
bien hablàr, y por donde vienen los Hombres â hacerse
odiosos â sus Compatriotas. Casi todos los que se hallan
bien educados se empeñan laudablemente en adquirirse un
brillante estylo, para hacerse entendèr, y ponen todo su
estudio en manejár con destreza su Idioma, para ser
aplaudidos, y estimados: esta propriedad que es digna de
los mayores elogios, se desfigura horriblemente, quando
no se vè acompañada de aquellas nobles circunstancias,
que se oponen à los defectos que dexo assignados. Son
estos habladores discretos como los Buenos pendolistas
ignorantes de el recto modo de bien
escrivir, pues aunque la hérmosura de sus caractéres
llame la atencion de todos; la mala coordinacion de sus
voces, y la falta de Orthographìa para la inteligencia
de los conceptos, desluce enteramente el primòr mecanico
de la pluma: pues se hacen mas visibles los defectos
unidos con la gallardìa de la letra, y llama tantos
testigos de sus imperfecciones, quãtos atrahen con la
arreglada simetrìa de su destreza. Una injuria de
palabra no se hará menos odiosa, porque fuè proferida
con voces cultas, y elegantes; antes por el contrario lo
brillante de la expression hará resalte mas el oprobrio,
porque los golpes que despertaron el sentimiento fueron mas vivos. Estas reflexiones juntas
con los Exemplares, que todos los dias se estàn viendo,
hán suscitado en mi pensamiento la idéa de ocupàr este
discurso en hacer presente à mis Apassionados Lectores
los riesgos, que frequentemente amenazan en las
conversaciones, los que se podian escusár con un poco de
cuydado, acompañado de un deseo noble de no mancharse
con aquellas grosserìas, que estima el vulgo como
vivezas, quando son en la realidad escassezes de
entendimiento, que â los rectamente desengañados les
enfada, y ofende notablèmente.
Estos son los defectos que por menos advertidos,
y no por esto menos perjudiciales, se deben desterràr de
las prudentes conversaciones. No ignoro, que hay otros
muchos, pero la misma deformidad de su pràctica los hace
mas visibles, y no tan frequentes entre personas bien
educadas. Guardese el que quisiere
mantener su estimacion, y authoridad de incurrir en
semejantes abusos; pues de esta manera serà el objeto de
la veneracion de todos, y el testigo de mayor excepcion
en qualquier assumpto. En la lengua tenèmos el origen de
todos nuestros bienes, y el infausto principio de
nuestros males: con este mismo instrumento podèmos
labrarnos, ô nuestra fortuna, ô mayor desgracia: ¿pues
quièn habrà tan negado â la razòn, que quiera
desposseerse de tanta felicidad, quando le costarà menos
trabajo el acierto, que el delito? De todo puede ser
causa nuestra lengua: governemosla con las reglas del entendimiento, y harèmos de la
ponzoña mas cruel, el àntidote mas saludable para
nuestra quietud, y sossiego, y conseguirèmos en
estimaciones el debido premio â nuestra recta intencion.
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General account
Example
Uno de los mas
communes defectos que se advierten, aún entre
muchos Hombres de talentos no
vulgares, son las porfias contenciosas sobre
qualquier assumpto, aunque sea de los mas
despreciables, y ridiculos. El motivo de toda
disputa es la natural inclincacion de buscar la
verdad, y hallada que sea, hacèr que los demàs la
conozcan, y aprecien: llevando este racional
objeto, quando se disputa con genios dociles, y
promptos â el desengaño, ô no pagados de su
proprio dictamen, es laudable empeño; pero mal
gastàr el tiempo, ô acalorarse con demasia con
aquellos, que todo su connato le cifran en no
apartarse de su parecér, es un trabajo inutil, y
exponerse á que con el ardòr de la porfia se
arriesgue la quietud, la amistad, y
no pocas veces lo mas estimable, que es la vida.
Una verdad disputada, ô tiene mucha parte de
opinable, ô es opuesta á las inclinaciones de los
que la niegan: ¿Si es indiferente lo que se
pretende defender, para què es tanto tesón en la
disputa, quando una, y otra opinion tienen de su
parte razones que la apadrinan? ¿Si es contraria à
el genio del que no se dexa convencer, no es una
locura procurár con el desentono de las voces, y
las expressiones llenas de ira, hacer vér la
sencilléz, y hermorsura de la inocente verdad,
quando para esto se requieren mejor la dulzura, y
afabilidad, que se hacen bastante lugar, aún con
los mas endurecidos de cabeza? Assi
me parece, y discurro que todos serán de mi
dictamen. El entendimiento como tan noble potencia
siempre hacèr passer por razòn de estado de su
hidalguìa la libertad, y el no cedèr de su
opinion, quando halla razones (aunque sean
aparentes) con que fortalecerla. Esto es siempre
digno de temerse en aquellos entendimientos
preocupados con algunas falsas noticias, que han
abrazado como ciertas; pues los que no tienen otra
idéa que el admitir lo mas verosimil en qualquiera
parte que lo encuentren, estos antes de sujetarse
à un dictamen, le hacen corrèr por las Aduanas de
la experiencia, y consideraciones, y hallado como le imaginan, le dán franca
entrada en su aceptacion, y no se apartan de su
creencia, por mas que la falsedad intente
deslumbrarles con sophisterìas: de estos no hablo,
porque sè muy bien, que no daràn motivo para la
Censura: pero á los que acompañan su tenacidad con
el noble mal aplicado auxilio de su discurso, á
estos no les sujeta à la razon el hacerlos
ridiculos, ni el darles voces, porque antes sirve
mas de excitár su imprudente colera, y que hagan
punto de vanidad llevár à todo riesgo adelante su
parecér. Para escusár los peligros de estas
porfias, y que las conversaciones de los
racionales sean utiles, y provechosas à la misma verdad que se busca, no se hàn de
enardecer las disputas con empeños inconsiderados,
ni se há de procuràr hacer valér su dictamen
guiado por la passion propria: todo se hà de
olvidàr, y haciendo los cargos con moderacion, y
blandura, y respondiendo con amòr á el que se
opone, concediendo unas veces desapassionados, y
considerando otras prudentes, se descubrirà la
hermosa luz de la verdad, y se evitaràn los
riesgos que amenazan la inflexibilidad
desordenada:
¡Què de entemistades se han suscitado de
estas odiosas disputas! ¡Quantos atrevimientos, y
palabras ofensivas no se miran, y escuchan entre
los empeñados en no cedèr un punto de su opinion,
que por lo regulàr los que mas porfian, son los
que menos razòn tienen de su parte! Desengañense
V.ms. que aquellos genios rencillosos, que de cada
preposicion suscitan una controversia, y siempre
se presentan con la espada levantada de sus
cabilaciones, para contradecir hasta las criaturas
possibles, estos son unos ignorantes, necios,
sorrados en la misma ignorancia, y
necedad: nada satisface su barbarie, y empeñados
en vestir con los adornos de la verdad sus
majaderas aprehensiones, gritan, y quebrando la
cabeza â todo el Mundo, favorecidos de la
Fortaleza de sus pulmones, cantan la victoria,
discurriendo mentecatos que es efecto del
entendimiento que no tienen, lo que es prudente
silencio de los advertidos.
De estos se debe huír con cuydado, porque
su comunicacion es seminario de
ocasiones perjudiciales. El Segundo defecto â que
se arrojan los Hombres, y de estos aquellos que
mas se precian de agudos, se origina de la
costumbre de chanzearse inconsideradamente, y de
procuràr la diversion agena, â costa de la
estimacion propria: porque â la verdad, si la
prudencia, y la chanza no son incompatibles en un
sugeto, â lo menos por lo regular son contrarias.
Para la pràctica laudable de aquella se require
una capacidad profunda, y un desprecio de todo lo
inutil, y defectuoso, amando siempre la solidèz de
los discursos, y el exercicio de lo importante:
pero para entregarse â el ridiculo
exercicio de esta es bastante, y las mas veces
sobra, con un genio superficial, y una estupidéz
ignorante para cosas grandes: pues por lo comun el
desordenado amor â las chanzas, y jocosidades es
opuesto â todo Hombre de calidad, pues es propio
de personas de poca importancia fundàr su gloria
en la risa de los Amigos, causandolas con
frequentes burlas: y assi estos mas estudian para
el Theatro, que para el trato sociable de las
Gentes. No es mi intento desterràr de las
conversaciones las agudezas â tiempo para elevàr
un concepto: las chanzas juìciosas, tal véz para
evadirse de una sospecha, ô para rebatir un
atrevimiento: ô los discretos
chistes para hacer obstentacion de la vivacidad
del espritiu: no es mi ànimo criticàr este
racional modo de usar de la chanza: lo que abomino
es el studio continuado que hacen muchos de
manifestarse chanzeros, y jocosos, hacienda que
passé â truhanerìa, lo que debia ser esparcimiento
del ànimo, exponiendose â el desprecio de quien
los atiende, pues por lo regular pocas veces
discurren hablan de veras, y con juìcio los que
hacen alarde de burlarse de todo. Assi como el
cuerpo, fatigado de la continuas tarèas de la
vida, necessita â tiempos del descanso para la
conservacion de sus molestados miembros: assi
tambien el espiritu, sugeto â tanta
diversidad de cuydados, ô â la seriedad de una
larga conversacion, ama y apetece como recreo de
su molestia el esparcimiento de la risa, motivada
por los chistes, y agudas jocosidades: y assi como
no habrà ninguno q[ue] afirme, que la continua
ociosidad es conveniente para la salud; assimismo
todos deben creer, que ocupár el entendimiento sin
distinction de tiempos, ni personas en bufonadas,
mas es envilecèr los privilegios de la razòn, que
aumentár sus facultades: porque las chanzas hán de
ser como la sal, que ministrada con prudencia en
los manjáres, los hace sabrosos, y gratos â el
paladàr; pero arrojada con
inmoderacion los exaspera, y pone displicentes â
el gusto, obligando los desprecie el apetito mas
bien dispuesto. Por esto es la lengua bien
governada el nuncio mas fiel, que lleva los
conceptos de la mente por medio de las voces â los
demàs, ô yá para utilidad propria, ô para
beneficio ageno: pero si se abussa de su
exercicio, y se mal emplea en chanzas odiosas, y
picantes, ô en jocosidades atrevidas, y
continuadas, entonces no solo no es recreacion
para el espiritu, sino que es vivora venenosa, que
despues de matàr los que hiere, hace de su veneno
el mas cruel tósigo para su estimacion, y
provecho, y representa en el theatro
del Mundo el papèl mas contrario â la
circunspeccion juìciosa de un racional bien
instruído. ¿Quieren V.ms. vèr el premio del
ridiculo trabajo de aquellos que son inclinados à
la cõtinua chanza, y â mordèr con sus picantes
chistes â todos? Pues oygan el elogio, que es la
mayor prueba de mi discurso.
¡Bella opinion! Por cierto bien merecida
pena â tanta ignorancia: acreditarse
de Hombres sin verdad, por el vil deleyte de
parecèr agudos â todas horas en sus
conversaciones, sin reparàr en los sentimientos de
los Amigos, ni en que los agravian con sus
imprudencias, haciendo despreciables ganancias de
las carcajadas, quando muchas veces los advertidos
disimulan su enojo con la risa, que â el parecèr
celebra tantas necedades. Creanme sin
apassionarse, que el mezclàr en todo tiempo, y sin
occasion las jocosidades, es una prueba real de la
falta de juício, y cortedad de entendimiento: no
es voluntaria opinion mia,
En otro defecto incurren muchos, que no es
menos de reparo, que las antecedentes: este es el
incansable, y aborrecible empeño, con que mas de
quarto preciados de discretos, procuran hacer
almoneda de sus discursos con la porfiada
continuacion de hablár, y mas hablàr, sin permitir
que otros puedan proferír una palabra en su
presencia: son estos el potro de los discretos,
donde hacen gemir los entendimientos
mas sufridos. De la especie mas inutil de la idea
sacan assumpto para quemár la sangre â el mas
insensible: es su lengua relóx desconcertado, que
mientras les dura la cuerda de la vida, no cessa
de sacudir badajadas sin orden, con que rompen las
cabezas de quantos tienen la desgracia de oírlos.
No dudo que es propensio natural en todos los
Hombres el querèr sobresalir en sus
conversaciones, y el manifestàr las luces de que
se halla iluminado su entendimiento, de que se
sigue el deseo de que todos los atiendan: pero se
debe advertir, que el sabio, aquel que teme los
precipicios de una lengua imprudente, èste habla poco, y dice mas, porque habla
con razòn: escucha â los otros, y procura consigan
el mesmo deleyte, que para sì apetece: y mezclando
sus razonamientos con la viveza de los discursos
en tiempo, y con el silencio pretendido las mas
veces, forma una conversacion grata â todos,
enamorandolos con su prudencia. Pero el hablador,
aquel que golpèa neciamente sin concierto, aunque
estè hablando un siglo entero, no habrà conseguido
otra cosa que meter ruydo, y no decir cosa alguna
de provecho: estos fundan su deleyte en solas las
voces, y como consigan esparcirlas por el viento,
nada les importa, que todo lo que
signifiquen sea ayre: tienen el entendimiento en
la lengua, y como la manifiestan â cada passo, son
muy superficiales sus discursos, y es contravando
de su loquacidad la solidèz mas involuntaria, como
nacidas sus razones de una lengua inutil. Por el
contrario, los prudentes tienen la lengua en el
entendimiento, y assi èsta ni se toma la licencia
para hablàr, sin consultár primero â quien la
govierna, para no precipitarse necia, tomando
escuela de la naturaleza, que solo nos dió dos
oìdos, y una lengua, para que entendàmos, que ha
de ser mas lo que se escuche, que lo que se
profiera; pues una palabra mal dicha carece de
todo remedio, y lo que se oyga puede
el entendimiento corregirlo con la prudencia. Los
habladores embriagados continuamente de su indigna
propension, en todas partes hallan motivo para su
majadera loquazidad, y nunca llega el caso de que
se vean sus entendimientos libres de esta
estupidèz: son peores que los posseidos del vino,
pues estos solo se alegran, y hablan mucho entre
las limetas; pero aquellos en todas partes.
y en este Exemplo està el bello modo de
decir una agudeza â tiempo sin pèrdida de la
propria authoridad, y el arbitrio mas discreto de
contenér, y evitár una porfia sin odios, ni voces
descompuestas, que mas desazonan, que aprovechan:
y pudiendo todo hacerlo sin riesgo Archelao como
Rey, abrazò mejor el uso de una
correccion chistosa, y moderada, que el precepto
de la magestad, y la repeticion de escusadas
palabras: con un dicho agudo contuvo â um
hablador, le avisó en tiempo de su defecto, y
escusó las enfadosas disculpas, que muchas veces
hacen el papèl de necias porfias.
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Citation/Motto
pues este es el
mejor modo (como dixo Platòn) de las disputas.
Disputationis optimus modus est, ut ipsi vicissim
concedant, & considerent. Quien discreto ha de porfiar, y la verdad
conocèr,
si se pone â disputàr,
sepa â tiempos concedèr,
y â tiempos reflexionàr.
si se pone â disputàr,
sepa â tiempos concedèr,
y â tiempos reflexionàr.
Level 5
Citation/Motto
Dice Aristoteles,
que assi como el vino â unos entorpece, â otros
hace agudos, mudos â otros, y à los mas
habladores; que assi la ignorancia hace atrevidos,
y porfiados imprudentemente â todos, y los
precipita, â la maldad.
Level 5
Citation/Motto
Lelio (dice uno) me
ha dado bastante que sentir, pues tubo
atrevimiento para motejarme de necio en pùblico.
Calle V.m. Hombre (le replican) que Lelio es un
Bufón, siempre està de chanza, nadie le cree, ni
hacen caso de sus palabras, porque nunca habla con
formalidad.
Level 5
Citation/Motto
Miguél Verino lo
dixo mucho antes. Immodicus risus non
est sapientis, & index Stultiæ; lepidi
sint sine dente joci. La chanza que es continuada,
y la inmoderada risa,
son una seña precissa
de ignorancia declarada: Esta accion no es regulada con la ciencia del sabèr,
pues los chistes hàn de sér
pocos, y sin agraviar,
sabiendo solo halagár,
sin atreverse â mordér.
son una seña precissa
de ignorancia declarada: Esta accion no es regulada con la ciencia del sabèr,
pues los chistes hàn de sér
pocos, y sin agraviar,
sabiendo solo halagár,
sin atreverse â mordér.
Level 5
Citation/Motto
Plutarcho me dá
motivo â esta reconvencion, quando dice:
Temulentus nugatur inter pocula: garrulus autem
ubique. Con el vino el bebedor de su lengua solo
abussa;
pero el que fuere hablador,
en todas partes no escusa,
de aumentàr su necio erròr. Licon decia, que assi como las Golondrinas se hacen odiosas por el continuo chillido de su desagradable canto; assi los habladores son aborrecidos de los que les escuchan por su imprudente porfia de hablàr. Preguntado Archelao por un Barbero grande hablador, que como era su voluntad, que le afeitasse: respondiò prudente, que callando:
pero el que fuere hablador,
en todas partes no escusa,
de aumentàr su necio erròr. Licon decia, que assi como las Golondrinas se hacen odiosas por el continuo chillido de su desagradable canto; assi los habladores son aborrecidos de los que les escuchan por su imprudente porfia de hablàr. Preguntado Archelao por un Barbero grande hablador, que como era su voluntad, que le afeitasse: respondiò prudente, que callando:
Citation/Motto
Nil melius lingua, lingua nil pejus
eadem:
Tristitia cum dulci toxica melle gerit.
si la llega â movèr la inadvertencia
haràs pùblica â todos tu ignorancia: Es principio del mal, y de la ciencia, mandandola el temòr, ô la arrogancia:
es tu mal, ô tu bien en toda fuerte,
tu vida afortunada, ô tu vil muerte, Es un dulce deleyte, que fingido mezcla traydoramente lo arriesgado,
es veneno cruel, que siempre ha sido
funesto precipicio del cuydado: Consigo arrastra lastimoso olvido de la razòn, lo justo y de lo honrado;
huye de tal ruindad con valentìa,
seràs de tus Amigos la alegria.
Tristitia cum dulci toxica melle gerit.
Faustus. fol. 35.
OCTAVAS. Si â tu lengua la rige la prudencia, sabràs hallàr honór en la elegancia;si la llega â movèr la inadvertencia
haràs pùblica â todos tu ignorancia: Es principio del mal, y de la ciencia, mandandola el temòr, ô la arrogancia:
es tu mal, ô tu bien en toda fuerte,
tu vida afortunada, ô tu vil muerte, Es un dulce deleyte, que fingido mezcla traydoramente lo arriesgado,
es veneno cruel, que siempre ha sido
funesto precipicio del cuydado: Consigo arrastra lastimoso olvido de la razòn, lo justo y de lo honrado;
huye de tal ruindad con valentìa,
seràs de tus Amigos la alegria.