La Pensadora Gaditana: Pensamiento XLI
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Livello 1
Pensamiento XLI
Se hallarà todos los Jueves en la Librerìa de D. Salvador Sanchez Ossorio, frente del Corrèo: Y de D. Manuél Ferrera, frente del Populo.
Cadiz, y Abril 11. de 1764.
Imprimasse. Dr.
Cavallero.
Cadiz, y Abril 12. de 1764
Doy Licencia para que
se imprima. Villaformada.
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Livello 3
Metatestualità
Inutiles serìan los desvelos
de el pincèl, si no supieran colocàr el claro y obscuro
de tal manera, que dispuestos segun Arte, no nos
presentassen los objetos como exictentes, quando en la
realidad todo es apariencia: no lograrìan las idéas de
la mente abultarse en los lienzos, si las sombras no
concurrierssen, para hacer resaltàr la viveza de los
colores: y una Pintura sería apenas una cofussion de
lineas, si por la diestra contraposicion de las tintas,
no se logràsse dàr al parecer alma, y cuerpo â lo
figurado: todo se admira en un Quadro, y hasta los
afectos del ànimo se advierten distintos, cuyo primòr se
debe no solo â la clarida de los colores,
sino tambien â la obscuridad de las sombras:
consiguiendo la mano de diestro Artifice, por esta bien
ordenada contraposicion, ofrecèr â todos, â expensas de
un Idioma que se oye con los ojos, los conceptos que
supo advertido explicarnos con la mano. Esta reflexion,
que mueve mi Pluma â tartàr un assumpto tan elevado, me
alienta que no desmaye en el intento, porque haciendo mi
discurso el papèl De las sombras en esta idèa, tal vèz
conseguirè resalten mas los claros de su consideracion.
No solamente constituyen sombra â mi pensamiento la
debilidad de mis fuerzas, otro motivo hay mayòr que la obscurecen. Tengo dado â entender,
que el valerme de Authores Idolatras, para dár fuerza â
mis razones, es solo por estimulàr el discurso á que se
aliente á vista de aquellos Exemplares, que enmedio de
tantas sombras llegaron à conocer la hermosura de la
Verdad, y la gracia de la Virtud.
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Racconto generale
Hoy queriendo
discurrìr sobre los abussos de la Semana Santa, y
valiendome de las dichas Authoridades pretendo dos
cosas: la primera, hablár segun mi Idioma, y
alcanzes, porque fuera mucha arrogancia en una
Ignorante Muger, ponerse à ojeàr libros, que solo
se deben tartár con el mayòr cuydado, y respecto:
la segunda, para que puesto el obscuro de estas Authoridades junto à el claro
hermoso de la Verdad, que disserto resalten mas
vivas las reflexiones, y hagan en el ánimo de mis
Lectores el efecto deseado, viendo que para
convencerles de los descuydos en materia de culto,
y devocion, se encuentran entre tantos ciegos
luces suficientes con arguirles, y ponerles
delante, quanto mas delinquentes serán los
descuydos para obsequiàr à la misma Verdad, à
vista de aquellos fervores tan mal empleados en
dár culto á el Authór de la Mentira.
Esta reflexion de Seneca es la que me hà
suscitado la especie, de que procùre hacèr vér los
abussos, que se cometen en esta Semana Santa,
tiempo tan digno de la devocion, y respecto, por
lo que nos recuerda, que havia de ser el màs
arreglado, y respecto, por lo que nos recuerda,
que havia de ser el màs arreglado, y medido entre
los que se adornan con el nombre de Christianos.
¡Pero ô desgracia de nuestras erradas
aprehensiones, que siempre se hàn de despreciar
los medios, q[ue] nos guian à nuestra mayòr
fortuna! ¿Còmo se podràn concordàr en esta Santa Semana el procedèr de nuestra Madre
la Iglesia, y el de sus ingratos Hijos. Aquella
toda llantos, pesares, y tristezas, valiendose de
los suspiros, y sollozos de los mayors Prophetas,
explíca su dolór en súplicas, mortificaciones, y
en referír la Sagrada Historia, que motiva sus
tristezas, para que todos nos pongàmos de parte de
los sentimientos. Pero los Christianos muy
opuestos à tan digno, y devoto exemplàr,
desvelados en el cuydado de las Galas, y
Profussiones, parece admiten por passa-tiempo, lo
que les havia de ocupàr en el mas sagrado
encogimiento, y temòr. Qué otra cosa se advierte
con bastante dolòr en los Templos, y las Calles en tales dias; que vanidad,
obstentaciones, y desordenes: procurando todos
excederse à porfia, como si se reciberan por
mèritos las Galas, los chistes, y los lucimientos:
yo à la verdad en las disposiciones que nòto, para
ir à un festìn, ô las que se preparan, para
dirigirse en esta Semana à el Templo, y
Processiones, no hallo alguna diferencia: y si la
hay, es la de procurár con esta devota ocasion
adornarse con mas cuydado, para ser el objeto de
la atencion de todos. No discurran que pretendo,
salgan vestidos de Xerga, y silicio á visitar los
Sagrarios, y á assistir à las Processiones, que
aunque esto fuera lo mejor, es casi impossible,
ê imprudencia pretenderlo: quisiera
sì, que yà que en este tiempo se nos hace recuerdo
por la Iglesia, de la amarga Passion, y Muerte de
Jesu-Christo Redemptór nuestro, que reguláramos
nuestro interior de modo, que el exterior
demonstrasse con su compostura humilde, y
sencilla, que aquella importantissima
consideracion hacía el efecto debido en nuestro
ànimo, y que este verdaderamente movido, se
disponía â imitàr â su Madre la Ilgesia en el
llanto. ¡Pero, ô fuerza del mal Exemplo, y què de
infelices imitadores quentas en un infante! Lo que
principiò por algunos corazones impìos, en quienes
nunca se hallan sentimientos de Religion, y virtud se ha extendido tanto, que yà
no se desdeña el mas presumido de Docto, de
dexarse llevár de esta locura. La mala costumbre,
authorizada con la multitude inconsiderada, ha
puesto como captiva la razòn, y la precipita â lo
indigno sin piedad.
No quisiera, que la crìtica de algunos
genios ociosos, y mal intencionados, tomasse de
estas mis reflexiones motivo para
sacàr por consequencia, que en nuestra España se
mira con poco respecto la solemnidad de estos
Santos dias: no se infiere esto: lo que se sigue
es, que no obstante el religioso afecto, que es
tan natural â los Españoles, aún encuentra la
malicia puertas en nuestras passiones para
dominarnos: bien entendido, que de rebatir un
abusso, no se infiere que todos son en èl
comprehendidos, aunque mi zelo, guiado de la buena
intencion de que se practìque lo mejor, procure
vér desterrados enteramente los desordenes, que
con dolòr se advierten en estos dias entre la
multitud menos escrupulosa, ô engañada
falsamente de la falta de reflexion.
Hecha esta salva, proseguirè mi discurso.
¿Aquellos primeros, y religiosos corazones, que
inventaron el laudable estylo de sacàr
publicamente las devotas Imagenes de Jesus, y
Maria, y que el Pueblo modestamente atento las
acompañasse, quàl sería su intencion? Bien claro
se está conociendo: proporcionàr â nuestros
sentidos unos objetos, q[ue] nos representasen los
principales sucessos de la Passion de
Jesu-Christo, para que movidos de estas sensibles
especies, se comuniquen â el espiritu las mas
altas idèas de aquella Divina, quanto lastimosa
Escena, para movér los corazones á el sentimiento,
y â el abandono de los delitos, como
causa de tantos tormentos. ¿Y es esta la intencion
que se proponen todos los que salen de sus Casas,
para acompañar, y vèr estas Santas Processiones?
Esta debia sér; pero la lastima es, que sucede muy
á el contrario de lo que se desea. No parece, sino
que los mas pierden el juìcio en semejantes dias,
y como locos andan por essas Calles tropezando, y
cayendo â cada paso. ¡Los Narcifos, aquellos que
enamorados de su Gentileza son idolatras de sí
mismos, qué dolòr es verlos echando piernas en las
Processiones, desollinando quantos balcones hay
con la vista, hacienda gestos, señas, cortesias, y
rendimientos à quantas miran, y
trocando en carrera de triumpho para el vicio,
aquel camino que debia adàrse mas con la
consideracion, que con los piès! ¡Con quanta
imprudencia se mueven à todas partes, la mas
recatada les inquieta, de todas hablan: y lo peor
es, que de muchas murmuran, descubriendo faltas, ô
fingiendolas, que merecian estàr muy lejos de su
memoria! ¡Quantas Señoras, que debian en dias
semejantes con particular estudio encubrir sus
personales prendas con lo modesto del trage, para
no ser causa de los atrevidos deseos, y ossadas
inconsideraciones, se componen, y adornan de tal
manera, y con tan necio cuydado, que
parece que su entendimiento se vale de armas tan
viles, para hacer la guerra â la quietud del
ánimo, y â la inociencia de las costumbres! ¿Còmo
podrà gastàr utilmente estos Santos dias en
consideraciones, y obras provechosas â su mayor
bien, la que de muchas semanas antes está ocupando
el tiempo enn discurrir sobre la nueva moda que ha
de sacár, y con què trage se ha de dexár vér mas
lucida? ¿Con què poco recato, y modestia se
presentan unas Christianas, que debian respirár
solo piedad, y devocion, delante del Mundo, en la
occasion que nos renueva la memoria de los
desprecios, y afrentas de nuestro Criador?
¿Si esto dixo un Idolatra ciego con las
sombras de tantos errores, si alcanzára estos
tiempos, qué diría? Vean mis Lectores el mas digno
bien obràr, enamorarse de la accion honesta por su
misma virtud. ¿El que assi lo hiciere, de qué
premios no será benemerito? ¿Es esto lo que se
practíca en tan Santos Dias? ¿Las Processiones que
debían ser una publica demonstracion
de nuestra Fé, de nuestra creencia, y de nuestras
esperanzas, con tantos descuydos, tan repetidos
desordenes, y escandalos de los que â ellas
concurren, què parecerán â los ojos menos
escrupulosos? ¿Tantos ocultos enemigos nuestros,
que hacen motivo para sus injustas satyras, aún de
nuestros menores defectos, què no diràn de estos
yerros tan indignos? Desengañemonos de una vèz,
todas las cosas tienen su debido tiempo para la
pràctica: tan bien parece un Hombre resuelto,
vivo, ê impaciente à la frente de los mayors
negocios, ô empressas; como humilde, y devoto en
el Templo, y en las Processiones,
dando el debido Culto à el Todo Poderoso: hacer lo
contrario es ignorancia, poco respecto, y es
°:°:°:° otros lo digan por mì que à tal desorden
ninguna ponderacion es injusta.
Esta reflexion se olvida, y solo se tiene
en memoria el ponderàr los trabajos, referir las
necessidades, pero decir una vèz, que de todo esto
mira la causa en nuestras obras, no hay que
esperarlo; soy desgraciado (dicen regularmente)
soy infelíz, todo me sale á el rebés de lo que
intento: ¿pues no hà de sucedér assi,
si no saben cumplir con sus obligaciones, y pedir
con las buenas obras, mas que con las palabras à
el Cielo, que les mire con piedad? ¿Son obras
dignas de premio todos quantos abussos, qué digo
abussos, quantas enormidades se cometen en los
devotos dias de esta Semana Santa? La inquietud
que dexan en el ànimo, despues de su indigna
execucion, es principio del castigo, de que se
hacen acreedores.
La vanidad que se mezcla en las Cofradías,
y Processiones, tambien es assumpto digno de
reparo: si se mira de prissa, y sin reflexion â
este objeto, solo se hallarán unos corazones
devotamente fervorosos, que se desvelan en la
mayòr decencia del Culto: pero mirese con cuydado
sus empeños, y sirva la razòn de anteojo, que
mueven su indiscreto zelo, que luego se
representarán, segun ellos son de deformes: la emulacion embidiosa, el amor proprio, y
los humanos respectos es quanto registra el
cuydado. ¡O, qué dolòr, que siendo estas obras por
su naturaleza tan piadosas, por no querèr en su
execucion desprendernos de nuestras passiones,
troquémos lastimosamente en desmerito, lo que con
el mismo trabajo nos havia de grangeàr los mayores
premios! Vàmos mirando por partes estos abusso:
¿Què otra cosa es aquel cuydado con que se
procura, que tal, y tal Cofradía exceda â todas,
tanto en la Cera, como en los profanos adornos de
muchos que â ellas concurren, que una emulacion
defectuosa, y que no se dirige â mas, que à la
mundana gloria, tomando por pretexto
de sus lucimientos tan Santo motivo? ¿El ansia de
sabér lo que unos disponen, y prepáran de gastos,
para excederlos, y publicàr este excesso con
cuydado, què otra cosa es, que vanidad digna de
huirse? De esta causa se sigue el satisfacer â el
Amor proprio en la gloria falsa, que le resulta de
tanta grandeza mal dirigida, y el governarse por
solo agradàr á los ojos del Mundo, haciendo fin de
sus fatigas el que éste quede contento.
Pruebese cada uno â sì mismo
desapassionado, y vèa si este es el fin unico, que
motìva su cuydadoso zelo, y segun vèa, saque la
consequencia para su provecho, y desengaño. Si
alguno me arguyesse, que este vestido no le viene
à Cadiz, sepa que mi tixera corta para muchas
partes, á el que le viniere bien, que se le vista.
Todos estos abussos, y faltas de reflexion, que se
miran frequentemente en la Semana Santa, son objetos mas dignos de atencion, que à
muchos padece: los Padres â sus Familias, los
Maridos â sus Mugeres, y â el contrario, se havian
reciprocamente acordàr de las obligaciones de tan
Santo Tiempo, para que cada uno con este aviso
govierne sus acciones, y proceda como debe un buen
Catholico. De esto no insieran algunos, que en
passando estos Devotos Dias, hay amplia licencia
para el poco reparo, la Marcialidad, y los
Cortejos, si esto creèn, viven engañados: para
obràr mal nunca es tiempo, ni se concede: la
obligacion del bien obràr siempre executa: pero se
ha de advertir, que en la Semana Santa insta con
mayores fuerzas esta obligacion, y
por tanto se nos amonesta tan repetidas veces por
nuestros Directores, para que concuerden nuestras
acciones con la Santidad del Tiempo: el que assi
lo execute vivirá con felicidad, y serà
eternamente dichoso: pero aquel que abandonando
los avisos, que dà la misma conciencia, y los que
se oyen, ô leèn, y se entregan desprevenidos à sus
inconsiderados devanèos, à la indecencia de los
trages, â la facilidad de dár malos exemplos, y no
assistir á la Iglesia, y Processiones mas que por
diversion, y passa-tiempo, estos padecerán un
cruel castigo en sus continuos sobresaltos
interiores, en las desgracias que experimentarán en sus Familias, en sus
haciendas, y en la salud: y despues de la vida
: : : : pero es poco pajaro mi pluma, para que
vuele tan alto; haga pausa el discurso en su
empeño, y dexe â la consideracion de mis Lectores
el extendèr el Pensamiento á su voluntad lo que
gustaren.
Livello 5
Citazione/Motto
Vean con cuydado lo
que dice Seneca: Deus colitus non corporibus
opimis tautorum contrucidatis, non auro, non
argento, non stipe infusa in thesauros: sed
voluntate pia & recta. Que
parece dice assi: Aquel recto Sacrificio, que
ofrece con humildad
una recta voluntad,
es â Dios siempre propicio.
una recta voluntad,
es â Dios siempre propicio.
Livello 5
Citazione/Motto
Plauto lo dixo
antes sobre los abussos introducidos en su tiempo;
aunque no era la culpa contra tan piadosa causa.
Mores leges perduxerunt iam in potestate sua: La
costumbre depravada forzando la
voluntad,
tiene yà sin libertad
â la Ley aprissionada.
tiene yà sin libertad
â la Ley aprissionada.
Livello 5
Citazione/Motto
Oygan â el Gentil
Menandro, que tan apartado viviò de las sólidas
noticias de la verdad, y atiendan el aprecio que
hace de la modestia: Promptuarium virtutis est
modestia sola. Amàr con solicitud la modestia, es
santo empeño,
quien â esta mire con ceño,
aborrece la virtud.
quien â esta mire con ceño,
aborrece la virtud.
Livello 5
Esempio
Cercando Antiocho
Rey de Siria la Santa Ciudad de Jerusalèn,en el
tiempo que los Judios debian celebrár las Fiestas
de los Tabernaculos, y viendose, por causa de el
Sitio que padecian sin sossiego, ni quietud para
entregarle à dichas Festividades con la devocion
correspondiente, rogaron à el mismo Antiocho, que
les concediesse treguas por siete dias para
dedicarse à los Sagrados Cultos: movido el Rey de
peticion tan piados, no solo concedió
lo que pedìan, sino que él en persona llevó con
gran pompa á las Puertas de la Ciudad muchos Toros
adornados con primòr, y las medias Lunas doradas:
cantidad grande de Inciensos, y Aromas, y muchos
Vasos de Oro para los Sacrificios, lo que
entregado à los Sacerdotes Hebreos, se volvió à su
Campo, y esperó pacifico los siete dias señalados.
Tanto respecto infundía en los corazones de
aquellos Hombres los Cultos religiosos, y las
Festividades devotas. Tenèr cercada una Ciudad
dentro de País Enemigo, no Fronteriza, lejos de
sus Dominios, concedèr el espacio de siete dias,
en cuyo tiempo podìa aventuràr la accion, y abandonàr todos estos prudentes rezelos,
movido solo de una religiosa piedad, es un
Exemplo, que arguye mas de lo que parece. ¿Tantos
como se hallan instruìdos en las verdades de
nuestra Religion, abãdonaràn sus indignas
costumbres, no digo por siete dias, por dos, aùn
menos, por una tarde en que se disponen para
acompañár los actos mas piadosos de nuestra
creencia? No hacen tal cosa, muy â el contrario se
portan, pues mas libres en tan Santas
concurrencias, las hacen Theatro de sus
desordenes: ¡ O què infelicidad, y ô qué falta de
consideracion! Lamentense luego de tantas
desgracias, de los improvisos accidenttes, de las pèrdidas de los negocios, y de no
acertár con lo que les tiene quenta, que
ciertamente será un dolòr necio, y un llanto
inconsiderado: ¿si â el que repartee las
felicidades, franquèa la salud, y nos dà quanto
necessitàmos, no sabèmos agradàr (dixe mal) no
querémos, còmo nos há de miràr compasivo, y há de
favorecernos misericordioso?
Livello 5
Citazione/Motto
Oígan mis Lectores
à los Comicos Griegos, como sabían aconsejàr el
mas alto principio de nuestras fortunas. Numen
colenti cuncta Numen diriget. Deum colendo cuncta
facies protinus. Quien â el Cielo reverencia, y le
dá el Culto debido,
se hallará favorecido
de su alta Providencia:
Lejos verà la indigencia,
consigo todo consuelo,
y â su religioso anhelo,
pues tanta piedad alcanza, la mas dudosa esperanza
se la dirigirà el Cielo.
se hallará favorecido
de su alta Providencia:
Lejos verà la indigencia,
consigo todo consuelo,
y â su religioso anhelo,
pues tanta piedad alcanza, la mas dudosa esperanza
se la dirigirà el Cielo.
Livello 5
Citazione/Motto
Dice Seneca
elegantemente: Que Dios no tiene lugar en la
tierra mas grato, que el de una Alma inocente: y
añade: Que los Templos principales, que hán de
ofrecersele, no hàn de ser los de Arquitecturas
magnifcas: cada uno le hà de dedicar
primero su pecho sencillo, y recto. Tambien dice
Plinio: Que â el Cielo no son tan agradables los
Sacrificios costosos, y magnificos, como aquellos
que se acompañan de la inociencia, y santidad.
Citazione/Motto
Multa miser timeo, qui fecit multa
proterve,
Exemplique metu torqueor ipse mei.
â un dolòr siguen siempre otros dolores,
y â un cuydado cruel mayor cuydado: Tu Corazon te anuncia otros mayores, y aùn vives en tu erròr muy confiado,
la causa inquieres de tus pesadumbres,
y la tienes contigo en tus costumbres. Essa inquietud que siempre te atormenta, â pesar de tus necias diversiones;
esse rezelo que tu daño aumenta,
duplicando fatàl las desazones: Esse temòr, essa passion violenta con que tu pecho gime entre aflicciones,
que es merecida pena, yo contemplo,
del daño que causó tu mal EXEMPLO.
Exemplique metu torqueor ipse mei.
Ovid. 2. Amor.
OCTAVAS. Cercado de desgracias, y rigores te vès, Fabio, infelìz, y desdichado,â un dolòr siguen siempre otros dolores,
y â un cuydado cruel mayor cuydado: Tu Corazon te anuncia otros mayores, y aùn vives en tu erròr muy confiado,
la causa inquieres de tus pesadumbres,
y la tienes contigo en tus costumbres. Essa inquietud que siempre te atormenta, â pesar de tus necias diversiones;
esse rezelo que tu daño aumenta,
duplicando fatàl las desazones: Esse temòr, essa passion violenta con que tu pecho gime entre aflicciones,
que es merecida pena, yo contemplo,
del daño que causó tu mal EXEMPLO.