Référence bibliographique: Anónimo (Éd.): "Carta XIX", dans: El Corresponsal del Censor, Vol.2\19 (1786-1788), pp. 309-328, édité dans: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Éd.): Les "Spectators" dans le contexte international. Édition numérique, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.52 [consulté le: ].


Niveau 1►

Carta XIX

Citation/Devise► Es menester que la legislacion nos socorra, ó somos perdidos.

El Censor, Discurso CXXX. pag. 1199. ◀Citation/Devise

Niveau 2► Metatextualité► Señor Censor.

Excelente, excelentísimo y todo lo que se quiera, es el Discurso CXXX. en que suponiendo vm. un sueño que tuvo el Vizconde de Boling-[310]brocke, reprende los obscuros, vergonzosos y detestables vicios en que miserablemente se halla envuelto nuestro bello sexô. Solo desapruebo en él la falta de claridad, defecto muy comun en sus periodicos; constándome quedan algunos sin entender la sátira, ó ya sea por falta de penetracion, ó de paciencia; pues (como tengo dicho á vm. en alguna de mis Cartas) no acostumbramos leer dos veces las cosas, ni fatigarnos mucho para entenderlas. Basta de riña.

Por mas sátiras que salgan á luz contra las costumbres que se reprueban en el citado discurso, no hay que esperar mejora alguna en ellas. No, Señor Censor. El marido continuará mirando sin rubor á su propia muger asida del adúltero que le ultraja; y no desaparecerá esa especie de esclavos de prostitucion, que sin rubor alguno se presenta en público al lado de las viles muge-[311]res que los tienen asalariados. Seguirá este desorden; las razones que tengo para persuadirme á ello, son las mismas que dió por escrito un amigo y apasionado del Vizconde de Bolingbrocke, luego que leyó la Carta dirigida por este famoso Addisson; las que traducidas libremente de su original al castellano venian á ser las siguientes.

El Señor Vizconde de Bolingbrocke tiene justas razones para quejarse y declamar tan amargamente contra los desordenes que advierte en su amada patria; pero toda su eloqüencia es y será infructuosa sino tiene efecto el proyecto que propone.

Niveau 3► Récit général► Casi desde que el tiempo corre á la par con la iniquidad de los hombres, hubo una especie de Predicadores (ó llámense Censores, si gusta de ello el Señor Vizconde), que para recomendar las buenas costumbres, pintaban el vicio [312] y sus fatales conseqüencias con los mas feos y atezados colores. Hablo de los Poetas; de esos hombres que afectando hablar un idioma divino, se hacian escuchar con gusto. No incluyo en el número de ellos á Orpheo, porque se debilitan mucho las verdades quando se quieren acreditar con Fábulas; y asi paso á discurrir sobre las obras que conocemos; tales como las de Homero, Virgilio, Lucano, Camoens y Milton. Exâminemos los progresos que hizo la virtud con el auxîlio de estos maravillosos esfuerzos del entendimiento humano.

Niveau 4► Exemplum► Quando la Iliada se cantaba por la Grecia, se hallaba esta dividida en tantos partidos, quantos Estados contenia. Nada se oia, nada se veia en ella sino continuos ataques, continuas piraterias, y ciertas intestinas convulsiones que destruian en un todo la constitu-[313]cion general. Homero era un famoso Astrólogo politico, que adivinando las funestas resultas de semejantes desordenes, queria con la moral de su obra curar males tan graves. Se valió para conseguirlo de la voz de la razon, de la fuerza de los exemplos, de la magestad del estilo, de la pompa de las palabras, y de los encantos de la Poesía. ¿Cesó acaso con tan buenos remedios la arriesgada enfermedad de la division? De ningun modo: cantaban los Griegos los versos de Homero, elogiaban su poesía y la moral de ella hasta lo sumo, y estaba al mismo tiempo empeñado Corcyro en hacerse dueño de Corinto; hallábase Tebas armada contra Atenas, en combustion Megara contra Esparta, y profesándose esta y Atenas un ódio eterno, todo el resto de la Grecia se veia envuelto en sus odiosas y destructoras querellas. ◀Exemplum ◀Niveau 4

Niveau 4► Exemplum► [314] Lisongeando á los Romanos en su Eneida el juicioso Virgilio, debemos persuadirnos no se propuso otro fin que el de hacer revivir en sus corazones virtudes que estaban casi espirando. Con esta idea cantó un Héroe justo, paciente, valeroso, y siempre lleno y penetrado de respeto para con los Dioses. Tal es el principal carácter del piadoso Eneas: y para inspirar mayor horror de la irreligion y de otros vicios de que estaba contagiada la Metrópoli del Orbe, abre los Infiernos, y hace que los profanos mortales vean sumergidos en aquel abismo de dolor y desesperacion, al orgulloso Salmoneo, á los atrevidos Titanes, al insolente Ticio, á los avaros que acumulando oro sobre oro, negaron todo socorro al próximo: á los pérfidos tutores, que abusando de la inocencia de sus clientes, ocultaron ó malgastaron los caudales de que [315] eran depositarios. Tambien les hizo ver los Padres incestuosos, los hijos parricidas, y los Magistrados que eludieron las leyes por el vil interés de ese metal movil de todo vicio. ¿Y qué consiguió Virgilio con esta tan horrorosa pintura, que se puede decir dexo en bosquejo, pues levanta el delicado pincel de su pluma, asegurando que si tuviese cien bocas y cien lenguas, y una voz de hierro, ni podria representar todos los crímenes, ni los varios castigos con que son atormentados aquellos infelices en pena de ellos?1 ¿Qué logró Virgilio, vuelvo á preguntar, con esta descripcion tan melanco-[316]lica del Tártaro, ni con que el miserable Padre de Ixîon envuelto y sumergido en sus tenebrosas sombras, repitiese continuamente en alta voz: que aprendiesen de su desdicha á respetar la Justicia y reverenciar á los Dioses? ¿Mejoró de conducta y costumbres el malévolo Tiberio, monstruo de quien se dice, que tenia los males agenos por bienes propios, y que consideraba haber tormentos mas duros que la misma muerte? ¿Mejoró su sobrino Calígula, á quien algunos Historiadores llaman loco, por no ser posible persuadirse cupiesen desvarros tan malvados en hombre que no lo fuese? ¿Mejoró Neron epítome de toda iniquidad? ¿Ni mejoró tampoco aquella multitud de almas baxas y corrompidas, que deshonrando la humanidad y el Imperio, hacian mérito de la depravacion? Bien sabe el Señor Vizconde que continua-[317]ron en sus infamias. ◀Exemplum ◀Niveau 4

Niveau 4► Exemplum► Lucano, que con aquella energia y vehemencia en el decir que le era tan natural, se burla en su Farsalia de los que iban a consultar al templo de Júpiter Amnon; ¿consiguió acaso desengañar á los Romanos, ni curar sus supersticiosos delirios? Lejos de eso: antes parece que hicieron empeño en seguir con sus sueños, sus adivinos y sus oráculos, consultando á estos y á las entrañas de los animales. ◀Exemplum ◀Niveau 4

Niveau 4► Exemplum► Vasco de Gama y sus compañeros, á quienes pinta Camoens como verdaderos modelos del Christianismo, del Comercio y de la humanidad; ¿procuraron acaso los Européos ser ni aun medianas copias de aquellos excelentes originales? Todos saben lo manchadas que están de inocente sangre las hojas de la historia de la América: por lo tanto me contemplo dispensado [318] de presentar á los ojos de la sensible humanidad un quadro tan horroroso. ◀Exemplum ◀Niveau 4

Niveau 4► Exemplum► Milton, con su Poema Epico, con un asunto acaso el mas bien desempeñado, y mas propio para predicar á los hombres, ¿logró por ventura que estos mejorasen de costumbres? No lo sé: pero lo que puedo asegurar es, que siendo justamente en el Reynado de Carlos II. quando los Ingleses principiaron á leerle; en ese propio Reynado se vieron entronizadas mas que nunca la embriaguez, la sensualidad y el luxo; despreciando la caida y castigo del hombre que estaban leyendo y admirando. ◀Exemplum ◀Niveau 4

Niveau 4► Exemplum► Aquellos dos poderosos resortes del corazon humano, el terror y la piedad, que tan diestramente supieron manejar en sus tragedias Eschylo, Sophocles y Eurípides, aterraban á los Griegos, los hacian derramar lágrimas, morian los ni-[319]ños de susto, y abortaban las mugeres como se verificó en la Tragedia las Euménides del terrible y vehemente Eschylo: pero este horror, este pasmo y este asombro que causaba en los Expectadores tales representaciones, era solo un Imperio pasagero sobre los sentidos, y no sobre las costumbres. Ni las mugeres griegas fueron mas castas, ni desempeñaron mejor en lo subcesivo las obligaciones de madres, ni los hombres abandonaron tampoco sus abominables vicios. ◀Exemplum ◀Niveau 4

Ni uno solo creo hayan destruido quantas Tragedias y Comedias se han representado y escrito hasta ahora, y consiguientemente tampoco adquirido por medio de ellas una virtud; no siendo ó no debiendo ser otro su objeto: la prueba de mi asercion se acredita en que por buenas piezas teatrales de moral que nos representen, no de-[320]xa aquella atrevida é impudente Frine tan ilustre como la misma nieta de Caton, de predicar con sus desordenes á las de su sexô, que el pudor es innoble, y prenda de gente plebeya, que no debe merecer atencion alguna el cuidado del esposo, de los hijos ni de la familia; ni tampoco desaparecen los hombres duros, injustos, opresores, pérfidos y fanáticos.

Niveau 4► Exemplum► ¿Adelantaron algo Horacio ni Juvenal con sus sátiras? Desterraron por medio de ellas las Mesalinas, las Locustas, los Mathones, ni los Régulos? ¿Con la de Persio, que sirve de epígrafe á la Carta del Vizconde, se acabaron los Natas? ¿Finalizaron los Letrados que defendieron á los Umbros y á Marso? ◀Exemplum ◀Niveau 4 No señor. ◀Récit général ◀Niveau 3

La Historia refiere los acaecimientos, reflexîona sobre ellos, y procura por este medio corregir las costumbres. Registrense desde He-[321]rodoto hasta nuestros tiempos quantas se han escrito, y se hallará en todas ellas cortísima diferencia. De la misma ambicion, de las mismas tropelias, de los mismos fraudes, homicidios y demas género de maldades están casi llenas todas sus páginas.

Pasemos á la Filosofia; á esa ciencia que despues de la predicacion Evangélica, parece nació solamente destinada á corregir las costumbres, y exâminemos sus progresos. Confieso que apenas advierto las ventajas que de ella se han sacado. Tan imperceptibles son. ¿Pues en qué pende que una ciencia que para establecer la sana moral no echa mano de la sátira, tampoco de los prestigios del teatro, ni de los rayos de la eloqüencia; que descarta todo instrumento de sorpresa, valiéndose solo de la simple razon, que abre á todos los ojos el libro de la naturaleza, es-[322]crito en idioma que nadie dexa de entender, hayan sido tan ineficaces sus esfuerzos y sus preceptos? ¿cómo viéndose en el dicho libro el origen de la moral en la propia constitucion de las cosas, porque nada supone y todo lo prueba, ha conseguido tan poco sobre nosotros? Registremos qualquiera página de él, y hallaremos escrito: Esta accion es dañosa á la sociedad, es mala; pues proscribase. Esta otra es ventajosa, es buena; sigase. Su objeto no es pretender el delirio de formar un hombre sin pasiones; es si hacer con ellas un hombre honrado, un hombre de bien. ¿Habla de Dios? Jamas le presenta como un Legislador arbitrario que manda ó prohibe sin otro motivo que el de querer ser obedecido. No dice honrarás á tus padres, solamente porque Dios lo manda: dice, Dios lo manda, porque si faltas á este primer grito de [323] la naturaleza; ¿á quién honrarás? ¿A quién respetarás? No dice: huye la violencia porque Dios la prohibe: pero si dice; Dios la prohibe, porque con ella serian las Cortes, Ciudades y Villas un dilatando y espacioso teatro de turbacion de horror y de sangre. No dice tampoco; serás fiel á tu consorte, amarás á tus hijos, porque asi lo previene Dios: pero dice; ¿sino eres fiel á quien eternamente debes serlo, sino amas á tus hijos, á quién guardarás fidelidad? ¿á quién amarás? La Filosofia enseña que no es la ley una pura invencion del espíritu humano como algunos impíos han querido defender; y sí la expresion de la razon general que gobierna al Universo; que es universal, eterna, inmutable como ella misma; que no varía, segun los lugares, los tiempos y circunstancias; y despues de haber difinido las virtudes y los vicios, lejos de ver en [324] Dios un juez implacable, descubre en él un Padre que castiga amorosamente á sus hijos para atraherlos al orden que deben guardar.

Niveau 3► Récit général► Sin embargo, esta sublime y simple Filosofia, este brillante farol de la razon, ¿qué costumbres mejoró? ¿qué vicios ha desterrado? Solo algunas bárbaras preocupaciones: pero los vicios de que están corrompidas las naciones, subsisten, y me persuado subsistirán sino se toman otros medios de acabar con ellos. ◀Récit général ◀Niveau 3

Dice el Señor Vizconde, que es menester cimentar la autoridad de los padres y de los maridos. Dice muy bien; fortifiquemos la autoridad paternal, la primera y mas sagrada de todas. Esta dimana de Dios, y es la que gobernó á los primeros hombres antes que hubiese Monarcas, y la que Rómulo puso por cabeza de sus leyes. Sean los padres responsa-[325]bles de la conducta de sus hijos, como acaece en la China, pues supone la ley que si estos hubiesen sido bien educados no habrian cometido tal delito; y se verá disminuir el número de tantos como se encenagan en todo género de disoluciones.

La autoridad de los maridos debe ser el segundo paso que ha de darse para levantar el edificio que se pretende. Bien se sabe la grande extension de ella en tiempo de los Patriarcas, y que agradar á sus esposos fue siempre el principal estudio de Sara y Raquel. Niveau 3► Exemplum► En los primeros tiempos y leyes de Roma, no tenia otro juez una muger que delinquia que á su propio marido: llamaba este á los parientes de ella, y todos juntos juzgaban y sentenciaban la causa. Esta gran ley produxo el milagro (si se me permite hablar de este modo) de que en muchos siglos no [326] se presentase en los Tribunales quexa alguna contra ellas: ningun proceso de adulterio, ninguno de divorcio. ◀Exemplum ◀Niveau 3 ¿Sucede asi hoy en los nuestros? Niveau 3► Exemplum► ¿Nos escandalizamos de tantas demandas de divorcio como se escandalizaron en Roma, despues de la primera guerra púnica de la que presentó Spulio Carvilio? ◀Exemplum ◀Niveau 3 Lo freqüentes que son estos vergonzosos y escandalosos casos entre nosotros, hace que los miremos con una casi estúpida indiferencia.

Dándoles á los maridos mas autoridad sobre sus esposas, procurarian estas ganarles el corazon, encerrándose en el seno de su familia, y entonces prosperaria la educacion de los hijos, la economia, la concordia y el bien comun.

Ahora bien: si la predicacion de los Poetas, de los Historiadores y de la Filosofia , no ha podido jamas mejorar nuestras costum-[327]bres; es preciso subscribir á la opinion del Vizconde, y repetir que se necesita el amparo del Gobierno para lograrlo: á su disposicion solamente están dos resortes los mas poderosos para poner en orden el mundo moral: estos son el castigo y la recompensa. Es cierto que en sus Fábulas, siempre los Poetas nos presentan castigado el vicio; pero leemos en la Historia muchos mas crímines [sic] felices, que virtudes premiadas. Toca al Gobierno recompensar estas, y castigar aquellos. Luego que se ponga en uso máxîma tan justa, será feliz y respetada mi amada Patria, y qualquiera otra; de lo contrario, por mas que canten los Poetas, por mas que la Historia instruya, y por mas que la Filosofia señale el camino de la virtud, serán sus progresos en lo subcesivo, iguales á los que han hecho hasta aqui.

Nada mas, Señor Censor , se le [328] ofreció que exponer al amigo del Vizconde sobre la Carta de este Addisson; ni á mi tampoco por ahora mas que repetirme á sus órdenes. ◀Metatextualité ◀Niveau 2 ◀Niveau 1

1Non mihi si linguæ centum sint; oraque centum; Ferrea vox, omnes scelerum comprendere formas, Omnia pœnarum percurrere nomina possim. Virg. Ænei. Lib. VI. v. 625.