Cita bibliográfica: Beatriz Cienfuegos (Ed.): "Pensamiento VIII", en: La Pensadora Gaditana, Vol.1\08 (1763), pp. 3-24, editado en: Ertler, Klaus-Dieter / Hobisch, Elisabeth (Ed.): Los "Spectators" en el contexto internacional. Edición digital, Graz 2011- . hdl.handle.net/11471/513.20.38 [consultado el: ].


Nivel 1►

Pensamiento VIII

Nivel 2► Metatextualidad► Andaba mi vanidad atropellando mi modestia, viendome adornada con el brillante titulo de Pensadora, y ahora ha cobrado nuevas fuerzas su atrevimiento, quando casi me mira poseer la habilidad de la Astrología. Pronostiqué (aun sin levantar figura) á mis Pensamientos muchos trabajos, luego que dirigiesen sus discursos contra el sagrado respetable de los hombres; y bien á pesar mio veo cumplido el pronostico; pero no por esto desmayará mi pluma; pues teniendo á las Damas de mi parte, como mas dóciles, y mas afables, con su patro-[4]cinio nada me queda que recelar. Todo los felices progresos de mis papelillos son hijos de sus piedades; pues amparandome por su igual, tratan mis borrones como de casa, y los alaban como proprios; y ciertamente que siento haber sido tan poco agradecida á tales finezas; pues parece, que por lo mismo he procurado ocupar mi pluma, mas en la inquisicion de sus defectos, echandoselos en cara, y haciendolos públicos á todos; pero me alentaba el tener de mi parte su aceptacion, y deseo de corregirse: que bien sabía, que no me habia de suceder lo que con los señores delicados hombres, que á el verse convencidos vivamente, con el ruido desentonado de sus gritos me han obligado á despertar de aquel dulce sueño, en que tan gustosa se miraba mi imaginacion.

Nivel 3► Traum► [5] Es la Poesía el mas proprio idioma del alma, con el que excendiendose á sí misma, se enfurece divinamente, para explicar aquellos objetos, que mueven, ò su admiracion por heroycos, ò su desprecio por ridículos: es un modo de conceptuar tan dulcemente elevado, que con la hermosa symetría de sus números, roba gustosamente las atenciones mas descuidadas, sin que puedan eximirse de su imperio la rusticidad mas grosera, ni la erudicion mas profunda: todo lo arrastra, á todos mueve, y en todos exercita el hechizo agradable de su harmonía; pues es un dulce encanto, que aun entre las Naciones mas incultas mereció la estimacion mas sublíme: es el mayor realce de un entendimiento; y esta gracia, con discrecion poseída, eleva á los hombres á ser dignos objetos de la Fama.

[6] Tubo principio esta hermosa habilidad en los corazones religiosos, que para desahogar dignamente el fuego divino de la adoracion á el Criador Supremo, exhalaron sus ansias en tiernos hymnos, convidando con ellos à los hombres á el conocimiento de la Divinidad. Pasó á segundo exercicio su destino, que siempre grande, no dió paso en sus principios, que no fuera por el camino de el acierto. Para celebrar aquellas grandes acciones de los Heroes, y excitar á la juventud à su imitacion, compusieron numéricos elogios, que reservados en la memori, aeran [sic] à un tiempo que fúnebres exequias de los muertos, exemplares estímulos de los vivos, cumpliendo en una accion con dos obligaciones, como era hacer el obsequio debido à sus pasados, y mover à una virtuosa embidia à los presentes.

[7] No contenta la Poesìa con estender su dominio sobre lo grande, dilató sus límites à lo ridículo, y pequeño; pero siempre con idéas sublimes, è intentos magnificos; pues viendo que celebrando las acciones heroycas, se movian los hombres á su imitacion, se propuso hacer asumptos de sus sátyras los vicios, y ridiculizando las extravagancias, logró muchas veces ver, que aquellos que á los principios fueron el objeto de sus picantes sales, pasasen avergonzados à ser la idea de sus elogios, corrigiendo con aquel impulso el desordenado proceder de sus pasiones.

Tenemos à esta hermosa hija de Apolo alabando la Deidad, y empleando justamente sus primores en la explicacion de su esencia. La admiramos celebrando las grandes acciones, y conservando en nuestra me-[8]moria vivos aquellos, que por sus obras merecian ser eternos. Tambien la divisamos gustosamente entretenida, para hacernos odiosos los defectos agenos con la sátyra, y apartarnos de aquella vil imitacion con sus números. Estos son los empleos dignos, y peculiares de la Poesía, y en estas cosas se emplean propriamente sus métricas cadencias. ¡Pero qué desgracia! esta hermosa Dama, que toda primores solo se entretuvo en preciosidades, está por nuestros Españoles destinada à lo indigno, à lo inútil, y à lo perverso, haciendo que sirvan sus números de lastimoso tropiezo à los incautos; pues envilecen su nobleza con emplearla en conservar en la memoria de los hombres aquellas acciones, que merecian ser entregadas à un eterno olvido.

[9] ¿No es un agravio claramente cometido contra esta hermosa Deidad, destinarla por muchos de nuestros patricios para alabar, perpetuar en la memoria, y excitar à su imitacion los delitos mas atrevidos contra el Cielo, el Rey, y la Patria, quando la ocupan indignamente en esos asquerosos Romances de nuestros Guapos Andaluces? ¿qué otro empleo la dán mas, que obligarla à celebrar unos hombres, que por viles, ò murieron entre las fatigas de un lazo, ò à las iras crueles de una venganza? ¡Ciertamente ignoro cómo ha podido durar este abuso tanto tiempo en un País tan culto, donde la piedad, y religion tienen su asiento! No hay que replicarme, con que semejantes producciones son despreciadas por la gente discreta, que rigorosamente no se tienen por obras de Poë-[10]sía, por su estilo humilde, y despreciable, y que solo andan entre la gente mas ínfima del Pueblo, que esta réplica es el mayor estímulo à mis reflexiones, y la que me obliga à hacer eleccion de este asumpto.

Tiene la Poësía, como llevo dicho, dominio sobre los corazones de los hombres, y los mueve insensiblemente à la imitacion de los objetos de sus alabanzas. Habla con todos, y à todos adequa sus conceptos, y segun el asumpto que se propone, ò se calza el grave cothurno, ò el humilde zueco, de modo, que regulando sus adornos por la idea, unas veces la admiramos triunfante en las batallas, y otras Pastora en las riberas; pero siempre tan despótica de las voluntades, que igualmente obliga quando noble, que quando villana, siempre tiene la misma fuerza. Por [11] esta causa, quando injustamente hacen servir sus cadencias en las Relaciones de aquellos hechos indignos de nuestros imaginados Valientes, aunque no la hermoseen con los primores proprios de su merito, no por eso la quitan el dominio sobre los ánimos; pues si entonces no mueve à los entendimientos no vulgares, antes bien los causa nausea su lectura, arrastra infelízmente à todos aquellos, que sin facultades para distinguir lo apreciable de lo inútil, se dexan llevar gustosos de lo aparente, y estos, como por lo comun son los mas, es regularmente el daño grande, y los sucesos funestos repetidos.

No se ciñe lo vulgar en este assumpto à las monteras, y polaynas, se estiende lastimosamente à las Ciudades, y à las pelucas, y hace estragos funestisimos aun en aquellos [12] que están mas lejos de parecer apasionados de este delirio; pero no es mi intento elevar la reflexion sobre sujetos tan altos, los discurro con bastantes principios, para que à la menor insinuacion reformen sus ideas, quiero sí contentarme con hacer ver las ruínas, que ocasiona este abuso en aquellos que se proponen por objetos de sus valentías este, ò aquel picaro celebrado en dichos Romances; pues llega à tanta la locura en este asumpto, que mas de quatro veces se han ocasionado peligrosas disputas sobre hacer ridículos paralelos de las obscuras acciones de sus fingidos Héroes. Raro será el miserable, que haya finalizado su vida en la infámia de un patíbulo, que no procurase imitar en sus atrevimientos alguno celebrado por valiente, y que no tubiese en la memoria una docena de [13] estos Romances, tomando en aquellos pasages el exemplar para los que premeditaba. ¿Cómo no se moverá un infelíz tocado de esta locura à parecer un Francisco Estevan, si vé de letra de molde (circunstancia para estos casi divina) los sucesos de su vida, y proclamado por inimitable en el valor? esta sola será única prueba de mi discurso; pues es la principal, y maestra, y la que encierra los mayores delitos laureados; y no echen menos los chistes en este asumpto; pues habiendo el inimitable Quevedo compuesto sus Xácaras para desterrar este infame abuso, tan llenas de sus naturales tales, y no conseguido el fin, quiero en tono mas sério hacer presente à los que pueden remediarlo los daños que se originan; y no estrañen mi atrevimiento, que muchas veces se consi-[14]guen cosas grandes con instrumentos pequeños.

Es el principal asumpto de estos Romances hacer odiosos à todos los Ministros, que zelan la Real Hacienda, y nunca se ven nombrados, que no sea para hacerlos el blanco del desprecio, pasando à tanto la osadía, que llega à el sagrado de los Jueces. En la quinta parte de los Romances de Estevan, alabando à este Picaro, dice:

Nivel 4► Cita/Lema► Yá saben que su exercicio
era andar à el contravando,
y que en el Andalucìa
Guardas, Ministros temblaron
de oìr su nombre, y los Jueces
tiemblan de verlo enojado . . . . . ◀Cita/Lema ◀Nivel 4 

No se puede autorizar mas un atrevimiento. Esto, que aunque fuese verdad, siempre fue un delito contra la Divina, y Humana Magestad, ¿por qué se ha de permitir que [15] ande en las bocas de todos, y que sea un exemplar para criar atrevidos? Siempre somos inclinados à la libertad, y aborrecemos la sujecion, aunque sea justa; ¿pues cómo se corregirá, ni intimidará à tales generos de gente, que todos los dias desfraudan à el Rey sus Rentas, y atropellan sus Justicias, si ven con el comun (aunque vulgar aplauso) celebrados estos delitos, y que es el camino corriente para hacerse memorables? ¿De donde nace el odio cómun, que muestran las gentes à los sujetos, de qualquier calidad que sea, que son nombrados para el resguardo de las Rentas Reales? ¿De qué se origina la delinqüente adversion con que se habla de las Justicias, que han castigado, ò castigan esta infame canalla? ¿de donde? de estos Romances. ¿Podrá aquel, cuya aten-[16]cion dedica à este género de diversion, oír con gusto, y respeto el nombre de aquellos Ministros, ò Jueces, que à el sugeto de su cariño pusieron justisimamente en un palo? De ninguna manera; antes herido vivamente de un nécio dolor de ver muerto aquel hombre que era el estímulo de su admiracion, aborrecerá de corazon à todos aquellos que fueron causa de que finalizase la carrera de sus vicios, aunque para él gloriosas empresas. ¿Y qué se seguirá de aquí en lo presente? Que quando algun infame delinqüente sea osado à procurar executar iguales desátinos, si imita en ellos à aquel cuya Relacion sabe de memoria, de la misma manera odiará las presentes Justicias, y se lastimará de la desgracia de aquel infelíz, no con una compasion racional, sino delinqüente, que solo exci-[17]tará su lastima, porque quitan del Mundo un Guapo, que era el terror de todos, y que habia con su atrevimiento cometido delitos enormes, bien que para él hazañas prodigiosas.

Los homicidios freqüentemente celebrados en este género de Romances, son los materiales mas preciosos de sus alabanzas, y por donde los gradúan con los nombres de Terror del Mundo, Leones, Tygres, &c. y no fueran mal traidos estos similes, si les diesen la apropriacion correspondiente à sus fieras brutalidades; pero la lastima es, que los elevan de esta manera, à su modo de explicarse, à el grado mas alto de invencibles, para alentar à los ignorantes à su imitacion. En la primera parte de Estevan, dice:

Nivel 4► Cita/Lema► [18] Sucediòme en un camino,
que me faltaron dineros,
y en la venta donde estaba
me reventaba el Ventero
porque le pague la costa,
y paguéle tan de presto,
que à la otra vida volando
se partiò, dexando el cuerpo . . . . . ◀Cita/Lema ◀Nivel 4 

¡Bella obra de caridad! ¡Gloriosa hazaña! ¿Qué han de hacer los infelices que leen esto, sino dexarse llevar de esta locura? Semejantes desgracias se vén repetidas en nuestros tiempos; y aunque rectamente castigadas, mientras no se arranque de la memoria de los hombres estos exemplares, servirá de poco el castigo; pues siempre con mas facilidad abandona la memoria lo contrario à su gusto, que lo propicio à la inclinacion.

Quiero antes que se me pase esta especie, llamar la reflexion de mis Lectores para que me ayuden à ponderarla: no procuraré mas que hacer [19] una leve insinuacion; y cada uno en el fondo de su corazon, y piedad, mire si son compatibles los delitos que se celebran, con la casi continua invocacion de los principios de los Romances. Tercera parte de Estevan:

Nivel 4► Cita/Lema► Santo Christo de la Luz,
Señor de Cielos, y Tierra,
desatad mis torpes labios,
y dadle voz à mi lengua,
mientras la tercera parte . . . . . 
En la quarta:
O Soberano Señor,
que sustentais tierra, y Cielo,
gobernad mi rudo estilo,
dad luz à mi entendimiento,
para que cante, y explique : : : : : 
 . . . . . . . . . . . . . . . . 
porque no quede en bosquejo
este arresto temerario . . . . . ◀Cita/Lema ◀Nivel 4 

¡Qué súplica tan à tiempo, y para qué piadoso sin solicitada! ¡No sé donde está el entendimiento! Quiero dexár à todos campo abierto para que discurran sobre este particular.

Lo que mas eleva este delinqüen-[20]te sobre la estimacion de los hombres, fue aquel atrevimiento hecho en Granada con el Presidente de aquella Real Chancillería: nos cuentan, que le pidió muy cortés, que rompiese la criminal causa de sus feos delitos, lo consiguió, y luego salió, en premio del desacato, regalado del mismo Juez; y esta accion atrevida contra Dios, contra el Rey, y contra la Patria, es tenida por una de sus mayores hazañas. No contento su atrevimiento, cuenta el necio Chronista de sus hechos, que practicó lo mismo en Antequera, tratando sin respeto à aquel Juez, quando dice:

Nivel 4► Cita/Lema► Embidiosos mas de ciento
tubo, y en particular
el Corregidor sobervio
de la Ciudad de Antequera. . . . .° ◀Cita/Lema ◀Nivel 4

¡Esto se imprime, y se permite que ande entre la juventud, que por ser la mas indocta, es la mas expuesta à ser viles imitadores de estos [21] desacatos! Bien sé, que nunca habrá sido reflexionada esta materia por los que pueden corregirla, porque los grandes entendimientos pocas veces se humillan à noticiarse de cosas tan rateras, y despreciables; pero mi genio cabiloso à todas partes se dirige, y de qualquier pelillo se agarra, como encuentre abusos en que exercer su crítica.

Pero volviendo à mi idea: ¡Podrá darse mayor atrevimiento, que elevar sobre toda alabanza à un indigno, à costa del decóro debido à el supremo nombre de los Jueces! ¿Serán inútiles los recelos, de que este abuso sea la ruina de muchos, y la causa de infinitas desgracias? ¿Será arrojo decir, que todos, ò los mas que se entregan à la obscura vida de los robos, homicidios, y contravandos tubieron su theórica en esta escuela? No será, quando se miran estas mismas [22] cosas ser los fundamentos sobre que estrivan el aplauso, la aceptacion, y alabanza de aquellos Guapos. ¿Hicieron todos los mas en el discurso de su vida otra cosa, que contravandos, homicidios, y robos, hazañas para el vulgo ignorante, por las que los eleva, y canoniza por Héroes, conservando en la memoria unos objetos tan llenos de vicios, y tan descaradamente delinqüentes? Dirán muchos, que solo el ínfimo Pueblo tiene este riesgo, porque es el que mas se entrega à esta lectura. ¿Y el ínfimo Pueblo no es acreedor, mas que los doctos (porque tienen menos luces) à que se le aparte con industria, ò con rigor de las ocasiones en que pueda pervertirse? ¿Son acaso de poco momento las conseqüencias, que de esto se originan? Bien sé que no, y todo entendimiento no preocupado discurro me dará la razon.

[23] Aquellos Libros de Cavallerías, que tan felizmente desterró Cervantes con su célebre Quixote, nunca fueron tan perjudiciales, ni tan ocasionados à los Lectores: en ellos se miraba lo fingido tan claro, que el mas estúpido conocería el imposible de aquellos cuentos: empleaban mal el tiempo, y le gastaban en mil locuras inútiles, es verdad; pero fuera del famoso Manchego, se atrevió à ser Cavallero andante, y no obstante fue precisa su correccion, y yá à Dios gracias estamos libres de aquella peste; pero los Romances de los Guapos de la Andalucìa tienen mil sectarios, y lo peor es, que à cada paso se oyen con lastima las hazañas, con que procuran imitar à sus Maestros en el arte de la maldad: todo lo que estaba remediado quitando del mundo, y de la vista de los hombres los aborecibles escritos, que tienen por argu-[24]mento principal de su eficacia disfrazar los mas vergonzosos, y atrevidos delitos, para mover à su imitacion à los ignorantes, haciendo sean iguales en los fines desastrados con aquellos de quien aprendieron à ser indignos, valiendose para esto de la agraciada Poesía, destinada solo para las Divinas alabanzas, celebrar, y perpetuar en la memoria los verdaderos Héroes, y ridiculizar, y hacer odiosos los delitos. ◀Traum ◀Nivel 3 ◀Metatextualidad ◀Nivel 2

Cadiz, y Agosto 25. de 1763.

Con licencia: En Madrid en la Imprenta de Francisco Xavier Garcia, calle de los Capellanes.

Se hallarà este, y los demàs en la Librería de Juan Yuste, calle de la Concepcion, frente del Salvador, y en su Puesto Gradas de San Phelipe. ◀Nivel 1